Un piojo vive entre treinta y cuarenta días y ojalá el asunto se terminara ahí: un mes y chau bichos. Pero no, no tenemos esa suerte. Resulta que una hembra puede poner a diario hasta 200 huevos que en poco más de una semana se convierten en bichos adultos y así el infierno vuelve a empezar en un círculo de asco y desesperación que parece no terminarse nunca. Todo esto sucede las veinticuatro horas en la cabeza de casi el 100% de los niños del mundo mientras las madres y los padres sufrimos, los odiamos -a los piojos- e ideamos estrategias para terminar con la invasión que padecen las cabezas de nuestros hijos e hijas.
La mía, que tiene un pelo hermoso, abundante y con ondas pero que ahora le juega en contra por la cantidad, los sufre. La veo por las noches rascarse la cabeza y no me canso de hacerle el tratamiento todos los fines de semana. Loción, peine fino y lavado de pelo con productos anti-piojos, además de repelente diario para ir al jardín que algo parece funcionar, al menos, las liendres no se multiplican, pero los piojos no se van y una tiende a pensar en soluciones drásticas como rapar el pelo para que los enemigos no tengan lugar dónde alojarse o buscar remedios más fuertes que, lejos de mejorar la situación, pueden provocar nuevos problemas.
Loción, peine fino y lavado de pelo con productos anti-piojos, además de repelente diario para ir al jardín que algo parece funcionar, al menos, las liendres no se multiplican, pero los piojos no se van y una tiende a pensar en soluciones drásticas como rapar el pelo para que los enemigos no tengan lugar dónde alojarse o buscar remedios más fuertes que, lejos de mejorar la situación, pueden provocar nuevos problemas.
Piojos Prehistóricos
La arqueología cuenta que se han encontrado liendres en momias egipcias de cinco mil años de edad junto con peines finos en sus tumbas. Se cree que los primeros piojos habitaron en los chimpancés antes del eslabón perdido de la evolución. “Los piojos llevan sobre la tierra tantos años como los seres humanos. No existe una cura definitiva, ni una vacuna que termine con esta ectoparasitosis producida por el pediculus capitis -sólo se alojan en la cabeza tal como su nombre lo indica- ya que aunque tratemos a cada paciente el parásito va a a persistir en el medio ambiente”, explica el médico pediatra Marcos Mercado.
Dentro de todo este panorama de desesperación, lo no tan negativo es que la presencia de piojos no produce grandes complicaciones, aunque sí consecuencias que deben ser tratadas como “irritaciones de la piel del cuero cabelludo; sensación de ardor, calor y picazón; eccemas en el caso de niños y niñas alérgicas; linfanodepatias, es decir, los ganglios linfáticos agrandados sobre todo en el cuello; lastimaduras por rascado; infecciones bacterianas que ocasionen Impétigos por esptreptococos o estafilococos y alteraciones del tallo piloso que puede provocar que el pelo se vea ralo, opaco y seco”, señala el especialista.
Lo que debemos saber para no espantarnos cada vez que pasamos el peine fino y nos encontramos con decenas de liendres junto con dos o tres bichos monstruosos que nos dan verdadero asco es que la diferencia de estos parásitos con otras formas de vida microscópicas que conviven desde siempre con los seres humanos es sólo el tamaño. A los piojos y a sus huevos los vemos y hasta los podemos visibilizar a simple vista caminando por el cuero cabelludo de nuestros hijos, mientras que al resto de las posibles bacterias u hongos ni los conocemos porque nuestra visual no llega tan lejos.
Paciencia y tratamiento
Ahora bien, qué debemos hacer para que, al menos, si no podemos eliminarlos de la faz de la tierra, podamos mantenerlos lejos de las cabezas de los niños.
- “Se debe tener la ropa -incluida la de cama- siempre limpia y planchada en caliente; exigir el uso de gorros de baño en los natatorios; no compartir peines y ventilar la ropa a temperaturas externas para que el frío mate a los que puedan haber quedado vivos después del tratamiento”.
- “Para combatir la enfermedad se usan agentes como las piretrinas, insecticidas de origen vegetal, siendo las más conocidas la Permetrinas que tienen un efecto ovicida del 70% y parasiticida del 97%, que deben aplicarse sobre el pelo seco durante diez minutos”, señala Mercado.
- “Otros remedios naturales son el palo amargo o la Cuassia Amarga que es efectiva sólo en solución alcohólica para prevención. El vinagre es útil solamente en concentraciones al 100%. Lo bueno es que funciona como pediculostático, es decir, que los paraliza y así favorece el desprendimiento de las liendres al pasar el peine fino. Otro remedio natural es la vaselina sólida que tampoco mata a los piojos pero que también los inmoviliza, facilita su erradicación y es cero tóxico. Además, existen tratamientos que se ingieren por vía oral que deben ser recetados por el médico” explica el especialista.
- No se recomienda de ninguna manera el uso de productos veterinarios para erradicar piojos ya que pueden presentar graves consecuencias para los seres humanos como alopecia, convulsiones, dificultades respiratorias y hasta la muerte.
- Lo más efectivo pero agotador: loción que mata piojos y liendres; paciencia y estómago; división por partes del pelo para poder manejar el peine con mayor efectividad; shampoo y enjuague antipiojos y siempre repelente para evitar el contagio.