En medio de las crecientes tensiones en el Mar de China Meridional, Filipinas se alista para recibir los primeros componentes de sus nuevos misiles de crucero supersónicos BrahMos. Se espera que, operando los nuevos sistemas de fabricación indo-rusa, la Armada Filipina pueda reforzar sus capacidades para salvaguardar los reclamos soberanos del país en la región frente a crecientes tensiones con la República Popular China.
En primer lugar, cabe recordar que en enero de 2022 Filipinas fue el primer país extranjero en comprar los misiles de crucero supersónicos BrahMos a través de un contrato con un valor de 374 millones de dólares. Aunque estos misiles aún no han sido puestos en servicio, durante este último período se han comunicado ciertos avances en relación a sus componentes.
El BrahMos es un misil de crucero indo-ruso, cuyo nombre proviene de dos ríos, uno indio (Brahmaputra) y otro ruso (Moskova). El primer lanzamiento de prueba se realizó en junio de 2001 en el polígono de Chandipur en Odisha, al Este de India. Y posteriormente, estos misiles supersónicos comenzaron a producirse en empresas de ambos países.
Hoy en día, es operado bajo el método “dispara y olvida” desde submarinos, barcos, aviones o desde lanzadores móviles terrestres. En cuanto a sus características particulares, tal y como se explicó por este medio: “en comparación a los misiles subsónicos de última generación, el Brahmos se destaca por lograr valores mayores en cuanto a velocidad (3 veces mayor), alcance de vuelo (290 km en su versión original, presumiblemente de 900 km en su versión ER), alcance del buscador y energía cinética”. Asimismo, el misil está compuesto por dos fases distintas: inicialmente, se impulsa mediante un motor de propulsión sólida que le permite alcanzar velocidades supersónicas, tras lo cual se separa; y luego, en la segunda fase, se emplea un estatorreactor líquido para llevar al cohete a una velocidad de Mach 3 durante la fase de crucero.