Este domingo, María Antonia de San José de Paz y Figueroa, conocida como Mama Antula y nacida en Santiago del Estero, fue consagrada santa de la Iglesia católica por el Papa Francisco, en una ceremonia realizada en la basílica de San Pedro.
Estuvieron presentes en la ceremonia unos 5.500 fieles, según el Vaticano. Entre ellos numerosos obispos, sacerdotes y monjas argentinos, pero también el presidente Javier Milei que llegó el viernes a Roma proveniente de Israel.
Se trata de la primera santa argentina, aunque el país contaba ya con otros santos , entre ellos el enfermero Artémides Zatti y el Cura Brochero, ambos canonizados por Francisco en 2022 y 2016 respectivamente. Y también varios beatos que todavía no han cumplido el completo recorrido para adquirir la santidad, como el Obispo Enrique Angelelli, asesinado por la dictadura en 1976, el joven mapuche Ceferino Namuncurá y el fraile Mamerto Esquiu, entre otros.
Francisco no celebró la misa porque no puede estar mucho tiempo de pie a causa de sus problemas en la rodilla pero sí leyó la homilía y otras partes de la celebración.
En la homilía Francisco hizo referencia a actitudes en la vida similares a la lepra, la enfermedad tremendamente contagiosa y mortal que mató a millones de personas, sobre todo en la antiguedad y el medioevo, en todo el mundo. “Miedo, prejuicio y falsa religiosidad son tres causas de una gran injusticia, son ‘tres lepras del alma’.
“Mama Antula recorrió miles de kilómetros atravesando desiertos y caminos peligrosos para llevar a Dios. Hoy es para nosotros un modelo de fervor y audacia apostólica”, añadió Francisco que recordó además que cuando los jesuitas fueron expulsados del virreinato, “se encendió en ella una llama misionera basada en la confianza, la providencia y la perseverancia”.