La activación de circuitos cerebrales de motivación y recompensa, mediados por ciertos neurotransmisores explican la euforia, la obsesión y el fuerte deseo de unión con la persona amada. Cómo incide en la salud cardíaca y beneficia todos los sistemas del cuerpo
Latidos que se aceleran y pensamientos solo dedicados a la persona elegida lo demuestran claramente: si hay dos órganos que sienten el impacto a pleno del amor son el corazón y el cerebro.
Hasta hace relativamente poco tiempo, la comprensión de los mecanismos que contribuyen al amor romántico y sus efectos era limitada. Pero hoy la “ciencia del amor” está descubriendo día a día los mecanismos que subyacen bajo esta poderosa emoción y sus efectos psicológicos en las personas.
“A lo largo de la historia, los seres humanos han sido capaces de componer canciones por amor, cantar por amor, bailar por amor. De vivir, morir y matar por amor”, explicó la neurobióloga y antropóloga Helen Fisher que durante casi 30 años ha puesto el amor bajo el microscopio de la ciencia. Nacida en Nueva York, es profesora de investigación de la Rutgers University de New Jersey y autora de los libros ‘Por qué amamos’, ‘Anatomía del amor’ y ‘La ciencia del amor’, entre otros.
El “procesamiento del amor” involucra los circuitos cerebrales de motivación y recompensa. “Estos circuitos están mediados principalmente por la dopamina y por la serotonina. A la activación de estos circuitos se deben la euforia y el enfoque de la atención en esa persona o pensamientos de tipo obsesivo sobre ella; el deseo de unión; la dependencia emocional y el aumento de energía. Estos circuitos de motivación y recompensa incluyen diversas áreas cerebrales”.
Además, la doctora agregó: “Muchos de los aspectos conductuales del enamoramiento son muy parecidos a lo que se produce al recibir cocaína, es decir, un estado de euforia con gran energía, asociado a disminución del sueño y del apetito. La cocaína y otros fármacos como el bupropión, producen un aumento de dopamina en estos circuitos nerviosos. De algún modo, se podría decir entonces que ‘el amor es como una droga’”
Más allá de esta intensa adicción que provoca el enamoramiento, el aumento de los niveles de serotonina, media el procesamiento de las emociones y el deseo sexual. “Cuando se encuentra en altas concentraciones genera sensación de satisfacción y bienestar. Por último, debemos mencionar una hormona llamada oxitocina, que no es un neurotransmisor, pero que su producción y liberación es regulada por el hipotálamo; encontrándose también en altos niveles en el enamoramiento. La oxitocina genera una sensación de paz y tranquilidad, y se asume que interviene en la generación del vínculo a través de la ‘sensación de conexión’”.