La serie de HBO es una producción inmensa, y cada capítulo tenía un presupuesto que bien se podría dar en el caso de una película menor. Este gran poderío económico, unido a unos personajes que verdaderamente se sentían vivos, y se relacionaban a su vez entre ellos en varias facetas de la vida, han formado un monstruo gigantesco que a día de hoy sigue dando mucho de que hablar.
Aquí algunas curiosidades:
George R.R Martin ha declarado en varias ocasiones que una de sus grandes influencias a la hora de escribir las novelas de “Juego de Tronos” fue la obra de Tolkien, “El Señor de los Anillos”, de quien tomó varios elementos a la hora de construir el universo, las casas, o los paisajes de Poniente. Tanto es así que el escritor se preocupó de que hubiera una referencia directa al universo en la serie. Así pues, si nos fijamos bien en el famoso trono de hierro, repleto de espadas, una de ellas es Glamdring, la espada de Gandalf en el universo de “El Señor de los Anillos”.
El escritor no se basó solo en la realidad para hacer los diálogos y los personajes más creíbles, sino que también utilizó algunos lugares reales para poder construir ciertas localizaciones en todo Poniente. Una de las edificaciones más sonadas es la real influencia del gran muro que separa la civilización de los salvajes, y que está custodiado por la Guardia de la Noche, y es que este enclave estratégico de la serie está basado en una edificación real.
Muchos elementos del universo de George R.R Martin están basados en la vida real. Y uno de ellos es el personaje de Geoffrey Lannister, el rey más temido que hemos podido ver en televisión, y a la vez el más odiado. Lo curioso es que dicho personaje está basado en un rey que existió en la realidad y cuya fama era parecida al hijo mayor de Cersei Lannister.
En “Juego de Tronos” vemos varios idiomas que no son reales y que están inventados. El primero el Doth´raki, que fue inventado por David J. Peterson, y es parecido al ruso, pero tiene también muchos sonidos árabes en su fonética. Por lo que el idioma más parecido que encontramos en la realidad es el mongol. De momento, el idioma cuenta con más de 2.700 palabras, y puedes animarte a entenderlo, aunque no es fácil pues Jason Momoa, el encargado de interpretar a Khal Drogo, estuvo durante un mes perfeccionando el lenguaje.