Un estudio de Nature planteó que el glaciar Corbassière, en Suiza, ya no puede servir como fuente de información debido al acelerado deshielo ocasionado por el calentamiento global. El hallazgo alertó sobre el riesgo de no recuperar los relevamientos del pasado
En el marco de la iniciativa Ice Memory, investigadores del Instituto Paul Scherrer (PSI), junto con colegas de la Universidad de Friburgo y de la Universidad Ca’ Foscari de Venecia, así como del Instituto de Ciencias Polares del Consejo Nacional de Investigación (CNR) italiano, analizaron el hielo Núcleos perforados en 2018 y 2020 en el glaciar Corbassière en Grand Combin, en el cantón de Valais. Ahora, una comparación de los dos conjuntos de núcleos de hielo, que acaba de ser publicada en Nature Geoscience, muestra que el calentamiento global ha hecho que al menos este glaciar sea inutilizable como archivo climático.
Del glaciar Corbassière, en el macizo del Grand Combin, ya no se puede obtener información fiable sobre el clima y la contaminación del aire en el pasado, porque el deshielo avanza más rápidamente de lo que se suponía. Esta conclusión fue alcanzada por investigadores dirigidos por profesionales del Laboratorio de Química Ambiental de PSI, cuando compararon las firmas de partículas atrapadas en las capas anuales del hielo.
Los glaciares son invaluables para la investigación climática. En su hielo se conservan las condiciones y la composición atmosférica de épocas pasadas. Por lo tanto, pueden servir de forma muy parecida a los anillos de los árboles y los sedimentos oceánicos, como el llamado archivo climático para la investigación.
Normalmente, la cantidad de sustancias en el hielo fluctúa según las estaciones. Compuestos como el amonio, el nitrato y el sulfato provienen del aire y se depositan en el glaciar a través de las nevadas; las concentraciones son altas en verano y bajas en invierno, porque pueden elevarse menores cantidades de aire contaminado desde el valle cuando el aire está frío.
La conclusión es que el ejemplo del Grand Combin muestra que el derretimiento de los glaciares avanza de forma más dinámica de lo que los expertos habían supuesto. Desde hace mucho tiempo está claro que las lenguas de los glaciares están retrocediendo. Pero los especialistas no imaginaban que las zonas que alimentan los glaciares alpinos también se verían tan gravemente afectadas, es decir, su parte más alta, donde se forma el reabastecimiento de hielo