Los espasmos de llanto de los niños suelen ser muy atemorizantes para los padres, pero desde el punto de vista médico rara vez representan un problema. Estos episodios suelen presentarse y pasar sin mayores consecuencias.
Se habla de espasmos de llanto para referirse a los episodios en los que el niño llora y deja de respirar hasta por un minuto. En algunos casos pueden llevar a que los pequeños pierdan el conocimiento.
Se parecen a las convulsiones, pero no lo son.Estos episodios tienen lugar cuando el niño está enojado o siente dolor, miedo o frustración. Lo usual es que los espasmos de llanto tengan lugar entre los 6 meses y los 3 años. Algunos niños presentan esta conducta solo de vez en cuando y otros la mantienen día tras día.
Hay dos tipos de espasmos de llanto y cada uno tiene sus propias características.
Sin embargo, ambos tienen en común el hecho de que el niño deja de respirar y que esto conduce a veces a un desmayo.Los dos tipos de espasmos de llanto son los siguientes:
Espasmos de llanto cianóticos. La cara del niño se pone azul poco a poco y, a veces, llega a verse morada. Casi siempre se producen por enojo o frustración y son la forma más común.
Espasmos de llanto pálidos. Ocurren cuando el niño tiene un sobresalto repentino, dolor o un temor intenso y súbito. A diferencia de los anteriores, en estos el rostro del niño se ve pálido. La frecuencia cardiaca baja.
La ciencia no ha establecido la causa precisa de los espasmos de llanto. Se sabe que es una respuesta ante un estado emocional intenso o frente a algún dolor físico repentino. También se sabe que hay un cambio en la respiración y disminución de la frecuencia cardiaca.