Cada cuatro años se da la particularidad que el año tiene 366 días. Conocido por todos como año bisiesto, es especial porque febrero tiene un día más. Esta fecha es, además, para los que nacieron justo ese día, el 29.
En lo jurídico, los padres debían elegir anotar a sus hijos el 28 de febrero o el 1 de marzo, sin embargo, en los últimos años esa metodología cambió y estas personas quedan registradas con normalidad en el día que es, es decir, el 29 de febrero.
Científicamente, la Tierra tarda 365.256 días en completar una vuelta alrededor del Sol. Cada cuatro año, se añade un día más al calendario para poder sincronizar el año solar con el año cronológico.
Esta particularidad ocurre porque en la mayoría del mundo se utiliza el calendario gregoriano. Esta forma de medir el tiempo se estableció en 1582 por el Papa Gregorio XIII por su eficacia, ya que permite que se alineen las fechas astronómicas con las cronológicas. De esta forma, se pueden mantener fijas las fechas en que ocurren los solsticios, equinoccios y demás fenómenos.
La particularidad de nacer el 29 de febrero se da en uno de 1.461 casos. Se trata de los “niños bisiestos”, que esperan cada cuatro años este día tan particular con muchas ansias.