Son los que contienen ácidos salicilatos en su composición, incrementando el riesgo de sufrir una hemorragia.
El aumento global de las temperaturas y de los fenómenos meteorológicos extremos generó un aumento desmedido de los mosquitos transmisores del dengue, el Aedes aegypti y Aedes albopictus.
Según la Organizaciòn Mundial de la Salud, los síntomas del dengue son fiebre elevada, dolor de cabeza intenso, dolor detrás de los ojos, dolores musculares y articulares, náuseas, vómitos, agrandamiento de ganglios linfáticos y sarpullido.
El rol de la alimentación
Para combatir esta enfermedad es necesario contar con un sistema inmune fuerte, el cual se consigue por medio de una alimentación saludable. Por este motivo, es primordial incorporar a nuestros platos alimentos ricos en proteínas y hierro.
Por su parte, hay alimentos que deben dejarse a un lado cuando se transita esta enfermedad. Entre ellos podemos destacar la pimienta, el jengibre, los frutos rojos y el pimentón.
Alimentos con altos niveles de ácidos salicilatos
Los alimentos que empeoran el cuadro tienen un compuesto en común: los ácidos salicilatos. Esta sustancia puede fluidificar la sangre y retardar la su coagulación, generando hemorragias.
Los ácidos salicilatos son compuestos químicos que se encuentran de forma natural en algunos alimentos y plantas. Suelen ser conocidos por sus propiedades analgésicas, antiinflamatorias y antipiréticas. Sin embargo, en algunos casos son contraproducentes, ya que el ácido salicilatos fluidifica la sangre.
A continuación, lo que no debés que ingerir cuando tenés dengue:
- Frutas: moras, fresas, arándanos, kiwi, ciruelas, durazno, limón, piña, mandarina, uvas, naranjas, entre otras.
- Vegetales: apio, cebolla, berenjena, tomate, ajo, pepino, brócoli, entre otros.
- Frutos secos: uvas pasas, ciruelas pasas, arándanos deshidratados, almendras, nueces y pistachos.
- Tubérculos: papa y mandioca.
- Condimentos: comino, salsa de tomate, mostaza, clavos, canela, pimentón en polvo, chile, orégano, entre otros, el grupo de los condimentos es el más amplio entre los alimentos que contienen salicilatos.
- Bebidas: vinos, cafés, algunos tés como el de perejil, romero, orégano y tomillo.