El Gobierno mantiene una reunión en Casa Rosada junto a los principales dirigentes de la CGT con el propósito de negociar la reforma laboral que en los próximos días enviará al Congreso. De parte del Gobierno asistieron Guillermo Francos, ministro del interior, y Nicolás Posse, jefe de Gabinete.
Del lado de la central obrera participaron los secretarios generales Héctor Daer (Sanidad) y Carlos Acuña (estaciones de servicio) y autoridades de distintos gremios, como es el caso de Gerardo Martínez (UOCRA), Andrés Rodríguez (UPCN) Jorge Sola (Seguros), José Luis Lingeri (Obras Sanitarias) y Hugo Moyano (Camioneros).
La idea del Gobierno era invitar a los sindicalistas para discutir los puntos más conflictivos de la reforma laboral. En ese sentido, desde Casa Rosada aceptarían bajar dos artículos que tienen fuerte resistencia por parte del sector sindical.
Estos son: la limitación de las cuotas solidarias y la ultraactividad de los convenios colectivos de trabajo. El primero es el recurso más eficaz de financiamiento de los sindicatos, a través de los descuentos continuos de una suma pactada en los convenios colectivos de trabajo. El Ejecutivo había propuesto que dichos decuentos debían contar con el consentimiento explícito de trabajador para que la descontaran.
El segundo artículo tiene que ver con el principio que obliga a mantener la vigencia de los convenios colectivos hasta negociar uno nuevo, algo que los gremios defienden ya que, aseguran, permite evitar ua negociación “a la baja”.
La idea del Gobierno es que el proyecto de reforma laboral cuente con el más amplio consenso político de manera tal de no demorar su aprobación en el parlamento y que no trabe el resto de los temas legislativos, como la ley ómnibus y el mega DNU .