La vida acelerada que llevamos, la monotonía y la acumulación de trabajo, hace que los objetos dentro de nuestra casa vayan acumulándose paulatinamente, al grado de generar un desorden permanente que libera “toxinas” para nuestra vida diaria.
Aunque parezca extraño, nuestra casa genera toxinas cuando se convierte en un sitio de acumulación de muebles, artículos varios, ropa, electrodomésticos, entre otras cosas, pero todo tiene solución, solo es cuestión de depurar y ordenar.
Las toxinas que podemos encontrar en casa y de las que debemos deshacernos son:
- Objetos que ya no utilizas.
- Ropa que no te gusta o no utilizas hace tiempo.
- Cosas feas.
- Cosas rotas.
- Viejas cartas y notas.
- Plantas muertas o enfermas.
- Recibos, periódicos y revistas antigüos.
- Ropa interior vieja, con huecos.
- Zapatos estropeados.
- Cachivaches de todo tipo que llaman al pasado.
Cuando logramos desapegarnos de esas cosas que forman parte del pasado logramos:
- Que la salud mejore
- La creatividad crece
- Nuestras relaciones mejoran
- Aumenta nuestra capacidad de raciocínio
- Mejora el humor
Preguntas que ayudan al desapego:
1 ¿Por qué estoy guardando eso?
2 ¿Será que tiene que ver conmigo hoy?
3 ¿Qué sentiré al liberar eso?
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