Mientras las brigadas de rescate trabajan sin descanso en los operativos de ayuda, la cifra de víctimas fatales va creciendo hora a hora. Estiman que el cuadro, devastador, demorará semanas en superarse.
El saldo de la catástrofe climática causada por fuertes lluvias en el sur de Brasil se sigue agravando hora hora, y este sábado la cifra oficial de víctimas trepó a 59 muertos y cerca de un centenar de desaparecidos, mientras el avance de las aguas amenaza la capital de Rio Grande do Sul con inundaciones “sin precedentes”.
Las brigadas de rescate intentan alcanzar y abastecer numerosos municipios aislados, sin comunicaciones y con carreteras bloqueadas, e incluso sin energía eléctrica ni agua. El volumen excepcional de los ríos multiplicó las alertas en el estado por rupturas de represas que podrían agravar el desastre.
En Porto Alegre, capital de Rio Grande do Sul, la situación que se avecina fue definida como sin precedentes”, según el gobernador, Eduardo Leite.
Las autoridades urgieron a los residentes a buscar refugio. Pero el rápido ascenso del río Guaíba en las últimas horas podría cubrir vastas áreas de la ciudad.
El nivel del río, estimado actualmente entre 4,20 y 4,60 metros, “es histórico” y se espera que supere los 5 metros en las próximas horas, lo que podría causar la mayor inundación de la historia de Porto Alegre.
Las autoridades se afanan a levantar refugios en todo el estado, ocupados hasta ahora por más de 8.000 personas.
En uno de ellos, instalado en un centro cultural de Gravataí, un suburbio del norte, está Claudio Almiro.