Con la asunción de Guillermo Francos como jefe de Gabinete, la cartera más política del Gobierno fue degradada a Secretaría y dependerá directamente del nuevo ministro coordinador. Se trata de un hecho institucional inédito para el país.
La salida de Posse trajo consigo un fuerte movimiento en el organigrama de poder del Ejecutivo: Milei nombró en su lugar a Guillermo Francos, quien hasta ayer estaba al frente del Ministerio del Interior, que desde ahora fue degradado a Secretaría, que estará a cargo de Lisandro Catalán, exfuncionario durante el Gobierno de Alberto Fernández.
Si bien puede resultar una cuestión meramente burocrática para el funcionamiento del Gobierno, la degradación de Interior a Secretaría es un hecho institucional inédito en la historia del país.
En la práctica, el Ministerio del Interior siempre fue una de las carteras más importantes para cada Gobierno, ya que tiene a su cargo la relación directa con los gobernadores. Se lo considera como el área más política, ya que debe establecer las relaciones incluso con mandatarios provinciales de diferente signo político del Gobierno nacional. También, entre otras cosas, tiene bajo su órbita la organización de las elecciones y el manejo de emergencias, entre otras cuestiones vitales para el funcionamiento de la República.
Desde la unificación de la República Argentina tal como la conocemos, cada presidente tuvo su Ministerio del Interior, incluso aquellos que llegaron a la Casa Rosada a través de la ruptura del orden constitucional. Justo José de Urquiza y Santiago Derqui, quienes gobernaron la Confederación sin el Estado de Buenos Aires, también contaron con su ministro “político”.