La medida, que tendrá lugar el próximo 13 y 14 de agosto, fue confirmada a Infobae por dos autoridades del colegio profesional. Estará destinada a los procedimientos programados.
“Se podrían apagar los monitores en caso de no llegar a un acuerdo: por 2 días no se colocarían stents ni se practicarían angioplastias en Argentina”. Con esta frase, los cardiólogos intervencionistas, pertenecientes al Colegio Argentino de Cardioangiólogos Intervencionistas (CACI), anunciaron la medida que tendrá lugar el próximo 13 y 14 de agosto.
“Este llamado de atención va a ser en las prácticas que son programadas. La gente no va a dejar de estar atendida en lo que es la urgencia”, aclaró el doctor Alfredo Bravo (MN 70.119), vicepresidente del Colegio Argentino de Cardioangiólogos Intervencionistas (CACI). En ese sentido, el doctor Juan José Fernández (MN 79.510), también vicepresidente del CACI, agregó: “Esto es una continuación de la problemática que, hace un mes y medio aproximadamente, ya habíamos planteado: nos vamos a quedar sin cardiólogos intervencionistas que coloquen stents. La situación es bastante grave”.
De acuerdo al comunicado emitido por el CACI, arribaron a esta decisión “desesperados por la situación económica que atraviesa el sector de la cardiología intervencionista (honorarios bajísimos y falta de insumos), los médicos cardiólogos intervencionistas de todo el país, han resuelto que el próximo 13 y 14 de agosto, no se efectúe en todo el territorio nacional ninguna práctica de colocación de stents ni de angioplastia”.
En el escrito, los expertos recuerdan que, “como ya fuera expresado en mayo, el CACI declaró el estado de emergencia en la especialidad, advirtiendo que el sector atraviesa una ‘TORMENTA PERFECTA’, que es la combinación de honorarios profesionales prácticamente inexistentes por el deterioro inflacionario y el aumento exponencial del costo de los insumos que amenazan la realización de una práctica médica segura”.
De acuerdo a los cardiólogos intervencionistas, esta realidad produce que “las obras sociales y prepagas dilaten cada vez más en el tiempo la entrega de los insumos, lo que somete a los pacientes a un riesgo mayor por la demora en el tiempo a su tratamiento”, siendo que las prácticas que realizan evitan que se mueran 200.000 vidas aproximadamente, cada año, en Argentina.