La elección presidencial de este domingo en Venezuela no es una más. El interés desborda a los más de 21 millones venezolanos habilitados para votar y los casi 8 millones que tuvieron que dejar su país y partir al exilio. El mundo estará pendiente de la que se presenta como una oportunidad única de ponerle fin al régimen chavista tras 25 años aferrado al poder. Las encuestas, unánimemente, le vaticinan una derrota aplastante. Pero la dictadura ha sido muy diestra en todo tipo de artimañas para fraguar elecciones.
El dictador Nicolás Maduro, que irá por una nueva reelección, enfrentará a Edmundo González Urrutia, un diplomático de perfil bajo que fue la última carta de la coalición opositora bajo la bandera de la Plataforma Unitaria Democrática (PUD) luego de que el Consejo Nacional Electoral impidiera la inscripción de María Corina Machado, la vencedora en las primarias, y la de una postulante alternativa, Corina Yoris.
Un total 21.392.464 venezolanos están llamados a votar en estos comicios, dentro y fuera de su país. De la cifra, se estima que cerca de cuatro millones y medio de personas, en edad para sufragar, se quedarán sin poder ejercer su derecho debido a las limitaciones impuestas a nuevos votantes. La mayoría de ellos, migrantes que huyeron de la violencia, persecución política, crisis económica y tantas calamidades provocadas por una severa crisis humanitaria que resultó del ejercicio del chavismo en el poder.