Después de días de enorme tensión, el gobierno de Lula Da Silva aceptó el pedido argentino para representar sus intereses en Venezuela y mantener bajo su protección diplomática a los seis dirigentes opositores que están asilados en la residencia del embajador, en Caracas. Se trata de una decisión de enorme importancia en la agenda internacional de la Casa Rosada, tras la expulsión de los diplomáticos que ordenó la dictadura de Nicolás Maduro por el rechazo de Javier Milei a reconocer su triunfo en las elecciones fraudulentas del domingo.
Fuentes diplomáticas confirmaron que a las 9 se procedió al izamiento en las dependencias de la Embajada de la bandera de Brasil, que a partir de este jueves extiende su representación y al mismo tiempo ofrece la protección a los refugiados. Fue un acto solemne ejecutado por el Encargado de Negocios por la Argentina, Andrés Mangiarotti, antes de retirarse con el resto de los miembros de la misión. A partir de mañana, se colocarán con mástiles más grandes las dos banderas, incluida la argentina, para que flamear juntas, como “muestra importante de hermandad”.
La delegación tiene un vuelo a Portugal previsto para las 15, hora argentina, según precisaron a este medio las mismas fuentes. Desde allí, tras una escala en Madrid, regresarán a Ezeiza la madrugada del sábado próximo.
Cuando se concretó, el presidente Milei publicó en la red X: “Agradezco enormemente la disposición de Brasil a hacerse cargo de la custodia de la Embajada argentina en Venezuela. También agradecemos la representación momentánea de los intereses de la República Argentina y sus ciudadanos allí. Hoy el personal diplomático argentino tuvo que abandonar Venezuela como represalia del dictador Maduro por la condena que hicimos del fraude que perpetraron el domingo último. Los lazos de amistad que unen a la Argentina con Brasil son muy fuertes e históricos”.