La Cámara de Diputados dio media sanción al proyecto de Ley Finocchiaro, que declara al a educación “servicio” esencial impidiendo que las escuelas cierren ante un paro docente y disponiendo un mínimo de maestros que estarán obligados a dar clases de todas maneras.
En la madrugada de este jueves, Diputados aprobó la Ley Finocchiaro por 131 votos a favor, con 95 en contra y 2 abstenciones. Se trata de una medida que presentaron los legisladores Alejandro Finocchiaro y Cristian Ritondo del PRO y Carla Carrizo de la UCR, con apoyo de La Libertad Avanza y Encuentro Federal.
Al momento de defender el proyecto, Finocchiaro argumentó que hay una “colisión entre dos derechos”, que son el derecho a huelga de los docentes y “el de los chicos a educarse”. Para sostener su propuesta, además, indicó que la mitad de los estudiantes de tercer grado no comprende lo que lee y que sólo un 13% de los chicos que empiezan la secundaria la terminan en tiempo y forma.
Sucede que, según el artículo 3 de la Ley de Educación Nacional (26.206) la educación es “prioridad nacional” y una “política de Estado” destinada a construir “una sociedad justa”. La Ley Finocchiaro modifica ese artículo para reemplazar el término “política de Estado” por “un servicio estratégico esencial”.
Las actividades calificadas de esa manera no contemplan el derecho a parar.De este modo, las escuelas deberían abrir igual los días de paro docente, deberían funcionar los comedores sociales y los docentes tendrían que dar clase a pesar de la huelga, garantizando la institución “un porcentaje mínimo del 30%” de los docentes.
Para asegurar esa proporción, la Ley dispone que al comienzo de cada año los directivos de las escuelas deberán reportar qué docentes y nodocentes se destinarán al cumplimiento de la medida. Mientras se discutía el proyecto, afuera del recinto transcurría una manifestación docente convocada por CTERA, en oposición a la medida y por el financiamiento de la educación.
A continuación, subrayó que la Ley Finocchiaro apunta a “resolver el problema desde un diagnóstico sesgado: que todos los problemas de la educación tienen que ver con las huelgas docentes”. En igual sentido, denunció que “en un contexto donde un gobierno está desfinanciado toda la infraestructura, discutimos este tema engañando a la sociedad”.