El empleo no registrado crece en la Argentina sostenidamente. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), durante los últimos cuatro años el número de trabajadores informales aumentó en 568.000, alrededor de un tercio más que el formal, que llegó a los 363.000 en el sector privado.
En otros números, se puede ver que de cada trabajo formal nuevo, se creó 1,5 trabajos informales. Esta tendencia es un problema para la economía y, en especial, para los trabajadores, que se ven impedidos de derechos elementales como la seguridad social y los aportes para su futura jubilación.
A esto se le suma la recesión económica que atravesamos que, si bien trajo una baja sensible de la inflación, también generó un aumento del desempleo, hoy en 7,7%. Según un informe del Indec, el Producto Bruto Interno (PBI) se contrajo un 5,1% durante el primer trimestre de 2024. Una de las consecuencias es el aumento de la pobreza, que superó el 50 %. Otro dato alarmante, es el 34,9% de los trabajadores que, a pesar de tener un empleo, vive por debajo de la línea de pobreza,
Uno de los sectores más afectados es el servicio doméstico. De los 1.673.000 trabajadores, mayoritariamente mujeres, al 71,5% no le realizan aportes previsionales. Otro rubro de mucha informalidad es el agrícola. De sus 853.000 trabajadores, 59,2% no está registrado.
Muy cerca del agrícola, se encuentra la construcción. El 58,4% de sus 946.000 está en la informalidad. Otro que tiene una alta tasa de empleo no registrado es el comercio. El 42% de sus 2 millones 269 mil trabajadores están en esa situación de vulnerabilidad.