Aunque no tiene raíces en una tradición formal o cultural antigua, hay quienes dicen que esta práctica se popularizó gracias a la serie argentina llamada Floricienta, estrenada en 2005, que incluye la canción: Flores Amarillas.
El tema captó la atención de la audiencia por que en la historia, la protagonista sueña con recibir flores amarillas de su enamorado, lo que inspiró una tendencia entre la juventud. En la novela se puede ver cómo cada 21 de septiembre Federico, uno de los personajes de la tira, le regala flores amarillas a Floricienta.
Este tipo de detalle también se asocia con que el 21 de septiembre se conmemora el Día Internacional de la Paz que festeja el poder de la solidaridad mundial para construir un mundo pacífico y sostenible.
El color amarillo representa la luz del sol y evoca calidez, energía y vitalidad. En diversas culturas orientales, el amarillo está ligado a la riqueza, la eternidad y la sabiduría. Desde un enfoque psicológico, se relaciona con la diversión, el optimismo y la alegría.