La Cámara de Diputados deberá aprobar o rechazar el veto de Javier Milei al aumento presupuestario para universidades en un escenario complejo para el Gobierno.
Al cabo de la marcha por las universidades de este miércoles, el Gobierno hizo efectivo el veto a la Ley de Financiamiento Universitario que había prometido. De este modo, devolvió el proyecto a la Cámara de Diputados, que deberá expresar su apoyo o rechazo a la decisión del presidente.
Publicado en el Boletín Oficial el veto al aumento presupuestario para universidades, la Cámara de Diputados deberá discutir si apoya o no la decisión del presidente, de lo que dependerá que la ley de siga en pie o no. Aunque en principio se esperaba que la discusión se pautara para la semana del 14 de octubre, es posible que los legisladores adelanten el debate y pidan una sesión especial para el miércoles 9.
Respecto de las chances que tiene el proyecto de sortear el rechazo de Milei, el oficialismo necesitaría conseguir 9 legisladores que sumen su voto negativo a los 77 que ya habían votado en contra en agosto y así alcanzar los 86. De este modo, el Gobierno necesitaría sumar voluntades de ausentes y convencer a algunos diputados de cambiar su postura, como sucedió con la ley que aumentaba las jubilaciones.
Otros dos aspectos diferencian esta ley de la reforma jubilatoria. En primer lugar, los dirigentes de una amplia gama de partidos se mostraron en la manifestación de ayer, que convocó desde peronistas e izquierdistas hasta radicales, pichettistas y algunos del PRO y la Coalición Cívica. En segundo lugar, algunos diputados son docentes y no querrían encontrarse a las universidades “empapeladas con sus caras”, según indicaron fuentes parlamentarias a distintos medios.
De este modo, aunque no hay certezas, el financiamiento para las universidades tiene mayores probabilidades de sobrevivir que la reforma jubilatoria.