La reunión duró una hora y tuvo lugar en la Biblioteca del Palacio Apostólico, donde el Sumo Pontífice recibe a los jefes de Estado. Fue a agenda abierta: de la preocupación por la situación de niños y ancianos a las Malvinas: “Tiene siempre presente a la Argentina”
La vicepresidente de la Nación, Victoria Villarruel,quedó muy conforme y también conmovida tras su encuentro con Francisco. Al concluir la reunión, que tuvo una duración de una hora, algo bastante excepcional para este tipo de audiencias, el Papa le pidió que leyera en voz alta una oración de Santo Tomás Moro que habla de la alegría. “Me conmovió, me dijo que no perdiera yo la alegría, que no perdiera el sentido del humor”.
La reunión fue a agenda abierta, y lógicamente el Papa se mostró preocupado en especial por la situación de los niños y los ancianos de Argentina. “Es natural, unos son el futuro y otros la reserva de sabiduría”. El Papa se mostró como siempre muy atento a la realidad argentina y apeló mucho a la necesidad de recuperar la dignidad.
También se habló del flagelo de las drogas, otra preocupación de Francisco, impulsor en sus tiempos en Buenos Aires de los Hogares de Cristo, la red de casas de acogida de personas con problemas de adicción, en especial jóvenes.
Francisco se interesó también por el trabajo de Villarruel en el Senado. Ella le habló de los esfuerzos en la búsqueda de consenso a partir de ser una pequeña minoría en ese cuerpo, hablar con todos los espacios en la tarea de tender puentes pese a todas las diferencias.