También se le conoce como nazar u ojo griego. Este poderoso amuleto tiene su origen en la antigua Mesopotamia. Aprende cómo usarlo de la forma correcta.
El ojo turco u ojo griego fue creado en la antigua Mesopotamia. Su poder de protección contra el mal de ojo, la envidia y las malas energías en general sigue vigente a través de los siglos. Este amuleto es utilizado como objeto ritual ante las miradas cargadas de vibraciones bajas que pueden permear y dañar la suerte y el éxito.
Espiritualmente y energéticamente, se considera que las miradas tienen mucho poder, y a través de ellas se puede transmitir tanto energía positiva como negativa. Por ello, el ojo turco, en tonos azul, celeste, blanco y negro, sirve como amuleto y ritual para cortar el mal de ojo y la energía lesiva.
Un principio básico del universo y de la existencia humana es la dualidad de las cosas: existe el bien y el mal, lo blanco y lo negro, la noche y el día. En ese sentido, hay una necesidad imperiosa, sin importar la cultura, religión o creencias, de tener una protección contra las fuerzas negativas.
¿Qué significa el ojo turco o nazar?
El ojo turco puede llevarse de distintas formas, especialmente como accesorio en joyas, pulseras, collares o llaveros. El valor de estos accesorios es relativo, lo importante es el poder que concentra el ojo turco. No importa si está en un lazo rojo comprado en una feria o forma parte de una colección de joyas de la realeza.
El ojo turco simboliza protección, limpieza y pureza. Su objetivo es contrarrestar y disipar las malas energías que las personas proyectan. ¡Atención! No solo se trata de la envidia generada entre conocidos.
Cada vez que sales, estás bajo la mirada constante de cientos de personas que no conoces, pero cuyas miradas destilan envidia y energía negativa. Desean tu peinado, tus zapatillas nuevas, tu figura, tu auto, el color de tus ojos o tus viajes, por mencionar algunos ejemplos.