Esta noche, Luis Caputo regresa a Buenos Aires después de haber explicado en Washington que no abrirá el cepo financiero a cambio de obtener un nuevo programa del Fondo Monetario Internacional (FMI). Caputo describió su hoja de ruta durante los encuentros que mantuvo con la directora Gerente Kristalina Georgieva y los inversores extranjerosque participaron de un cónclave a puertas cerradas organizado por el Banco Santander.
El ministro de Economía considera que una apertura anticipada del cepo puede afectar la estabilidad del plan de ajuste, y para evitar esta hipótesis de conflicto decidió postergar la negociación formal con el FMI y mover hacia la obtención de un REPO que le permita saldar las deudas pendientes en 2025.
El razonamiento de Caputo implica una lógica circular: si se levantara el cepo, habría una devaluación espontánea cuando se unifiquen los distintos mercados, y ese alineamiento causaría una corrida que no se podría contener por la escasez de dólares en el Banco Centra
La estrategia de Caputo descoloca al staff del FMI: siempre esperaba que Argentina pidiera desembolsos y al final no cumpliera las metas. Ahora, el equipo económico explica que no descarta negociar un nuevo programa, pero sí ello significa reforzar las reservas del Banco Central sin afectar las bases del plan de ajuste.