Después de dos décadas de relación con Emilia Attias y una hija en común, el humorista Julio Mario Sibara, más conocido como Turco Naimregresó a la Argentina para iniciar los trámites de divorcio. Su vuelta, además de lo legal, tiene un fuerte componente emocional, especialmente por Gina, la hija que comparte con la actriz, ya que este próximo lunes 28 de octubre celebrará sus ocho años.
En ese sentido, este domingo, el Turco Naim fue invitado al programa Almorzando con Juana, conducido por Juana Viale por canal Trece, donde habló como nunca antes sobre su separación con Attias. El tema surgió mientras los presentes comentaban la trama de una película de Jazmín Stuart que trata sobre una pareja en crisis, lo que llevó al comediante a abrirse sobre el final de su matrimonio.
“Los estoy escuchando y me identifico con todos. Siento que la desincronización es el problema,” aseguró El Turco al respecto de las dificultades que surgen en las relaciones largas. Para él, este “desencuentro de tiempos” es uno de los mayores desafíos en una relación de pareja. “Esto es como el mar, cuando está todo bien va. Y de golpe empezás a perder el timing y te desespera”, explicó con sinceridad.
Ante estas palabras, Juana Viale acotó que los proyectos, igual que las relaciones, evolucionan con el tiempo: “Bueno, pero los proyectos cambian también”. Sin embargo, para El Turco, el fin de la relación fue un golpe profundo que afectó su visión del futuro. “Y te quedás sin proyecto de vida en algún momento, inclusive. Porque tu proyecto está asociado a la otra persona. Eso es loquísimo”, reflexionó. Según explicó, la unión con Attias había sido su proyecto más importante, algo que, lo hizo sentir aún más la ruptura: “Y encima a mí me pasó después de muchos años, fueron 19”.
Por su parte, con una mezcla de nostalgia y alivio, El Turco Naim habló de cómo percibe su vínculo actual con Attias. “Fue un numerazo de tiempo, hermoso, tremendo y a la vez me parece muy loco porque nos llevamos mucho mejor ahora que antes”, concluyó, reflexionando sobre la paradoja de una separación que, a pesar del dolor, parece haber facilitado una relación más fluida y sin conflictos.