Larcas y Suripujio desarrollaron esquilas de vicuñas en silvestría, conocidas como chackus.
La Secretaría de Biodiversidad y Desarrollo Sustentable del Ministerio de Ambiente y Cambio Climático de Jujuy, en colaboración con las comunidades vicuñeras de Larcas y Suripujio, llevó a cabo con éxito las esquilas de vicuñas en silvestría, conocidas como chackus. Este proceso no solo representa una práctica ancestral, sino que también es un paso significativo hacia la conservación de la especie y el desarrollo sostenible en la región.
El 22 de octubre, la comunidad de Larca realizó su esquila, logrando capturar a 70 vicuñas, de las cuales se esquilaron 60, resultando en una impresionante cosecha de 12,296 kg de fibra. Dos días después, el 24 de octubre, la comunidad de Suripujio llevó a cabo su chacku, capturando 105 individuos y esquilando 89, lo que generó una cosecha de 18,869 kg de fibra. Estos resultados son un reflejo del compromiso de las comunidades con la conservación y el manejo sostenible de los recursos naturales.Los resultados de estas jornadas han sido altamente positivos, destacando que las vicuñas presentaron un excelente estado sanitario. Este aspecto es fundamental, ya que indica la calidad de la pastura y la alimentación disponible en la región, lo que a su vez es un indicador de la salud del ecosistema local.
Durante los chackus, se tomaron medidas rigurosas para garantizar el bienestar tanto de los seres humanos como de los animales. Se controlaron meticulosamente las condiciones de cada ejemplar a esquilar, incluyendo su peso, edad y longitud de la fibra. Además, se llevaron a cabo talleres previos con las comunidades para organizarlas de manera efectiva y asegurar un proceso fluido y respetuoso.
Es fundamental resaltar el cambio significativo en la percepción de las comunidades hacia las vicuñas, gracias a este proceso de esquila en silvestría. Las comunidades han comenzado a ver a la vicuña no solo como un animal silvestre, sino como un recurso valioso que puede brindar beneficios económicos y sociales. Este cambio de mentalidad es crucial para la conservación de la especie, que ha cobrado un lugar destacado en la agenda comunitaria.
El proceso de esquila no solo beneficia a las vicuñas, sino que también promueve un desarrollo sostenible, fomentando una relación armónica entre las comunidades y su entorno natural. Al integrar la conservación con el desarrollo económico, se sientan las bases para un futuro más sostenible y equilibrado en la región.