La candidata demócrata y su adversario republicano tienen ideas diferentes para la agenda y la perspectiva de Washington, en un coyuntura marcada por los conflictos en Medio Oriente y Ucrania, el avance de China, la compleja situación económica y la constante inmigración indocumentada
Kamala Harris y Donald Trump protagonizan hoy una elección histórica con suficiente influencia política para cambiar la agenda doméstica de Estados Unidos e impactar de lleno sobre el tablero internacional.
Harris y Trump difieren sobre las futuras medidas económicas y las reglas a implementar para contener a la inmigración indocumentada, mientras que sus perspectivas geopolíticas son antagónicas respecto a Medio Oriente, la guerra en Ucrania, el cambio climático, la contención de China y la importancia de la OTAN.
Las posiciones domésticas y globales de los dos candidatos reflejan la fractura de la sociedad americana, y ese quiebre social aparece nítido en la paridad electoral que existe entre Harris y Trump. La vicepresidenta demócrata y el expresidente republicano asumen que la victoria depende de siete estados que recorrieron -una y otra vez- durante los últimos 15 días de campaña.
La elección de hoy se gana con un margen máximo de 200.000 votos. En Pensilvania, la comunidad de portorriqueños llega a 400.000 ciudadanos. Trump puede perder Pensilvania -19 electores por la descalificación de Hinchcliffe, que ha dejado de aparecer en los lugares que solía frecuentar.
El mundo será diferente después de los comicios de hoy, y el grado de diferencia dependerá si gana Trump o Harris.
Trump quiere terminar con la asistencia militar a Ucrania y finalizar el conflicto con Rusia, cree que Israel tiene que hacer lo necesario para exterminar a Hamas y Hezbollah, sostiene que no existe el cambio climático, afirma que no es necesario financiar a la OTAN y exhibe una posición beligerante con China.
Harris, en cambio, profundizará la ayuda bélica a Ucrania, limitará el apoyo militar a Israel, apoyará la agenda de cambio climático, sostiene que la OTAN es clave para equilibrar a Moscú en Europa y propone una estrategia de contención geopolítica con China.