En sus cuatro capítulos aparecen el papel de la dictadura, el polémico partido con Perú, las protestas de las Madres de Plaza de Mayo y hasta un discurso poco conocido de Mario Firmenich.
“Hicimos 31 entrevistas y obtuvimos unas 70 horas de grabaciones que usamos para contar la historia”, explicó Sposato director del documental.
El documental abre con una publicidad en la que unos chicos encuentran un pasaporte alemán en la calle y deciden devolverlo. Enseguida aparece Carlitos Balá, en una escena donde se exalta la idea de demostrarle al mundo cómo somos los argentinos.
Se da al mismo tiempo la campaña a nivel internacional de la dictadura que hablaba de que los argentinos “somos derechos y humanos”, para contraponerse a las denuncias por los desaparecidos y la existencia de campos clandestinos de concentración en el país.
“Soy hijo de un exiliado de esa época y me impactó la importancia del fútbol. De cómo eso generó como una pausa. Por ejemplo, los Montoneros anunciaron que no iban a hacer atentados a 20 cuadras de los estadios”, resaltó Bucci.
Al mismo tiempo, el documental cuenta el exceso de lo que se gastó para realizar el Mundial en Argentina. Se construyeron tres estadios nuevos (Mar del Plata, Córdoba y Mendoza) y la planta transmisora de TV a color para el exterior. A eso se agrega la remodelación de las otras sedes, lo que elevó el presupuesto de 70 millones a 700 millones de dólares.
“No hubo rendición de cuentas y los números del EAM nunca quedaron claros. Y hubo sospechas ciertas y bastantes fundamentadas de que hubo grandes actos de corrupción en la ejecución de todas esas obras”, contó en el documental el escritor Matías Bauso, autor del libro “‘78. Historia oral del Mundial”. Todo fue una pelea entre el general Videla que quería un mundial austero y Massera que buscaba que el torneo sea su plataforma de lanzamiento político.