Han pasado cuatro meses desde que el mundo conociese la historia de Gisèle Pelicot. La septuagenaria se ha enfrentado desde septiembre a su exmarido, Dominique Pelicot, y a los 50 hombres que abusaron de ella durante casi una década mientras ella se encontraba inconsciente. El señor Pelicot pasó años administrando somníferos a la que era su mujer, para luego invitar a decenas de hombres a su domicilio, que mantenían relaciones sexuales con Gisèle delante de una cámara, sin que ella supiese lo que ocurría.
El largo y horripilante proceso judicial ha culminado este jueves en Aviñón (Francia), con el veredicto final de los jueces: Dominique Pelicot ha sido declarado culpable de violación con agravantes a su exmujer, así como por la violación de la mujer de Jean-Pierre M., su aprendiz y uno delos 51 acusados. El tribunal le considera igualmente culpable de haber captado imágenes de carácter sexual de su hija, Caroline, y sus cuñadas. El tribunal le condena a 20 años de prisión, la pena máxima por violación.
La fiscalía había demandado penas de entre 4 y 18 años de cárcel para el resto de los acusados, castigos que sumaban hasta 650 años de prisiónpor el total de los delitos. Sin embargo, el tribunal ha comenzado a dictar penas por debajo de las solicitadas por los fiscales e incluso por debajo de la media para este delito en Francia (11 años). “Vergüenza a la justicia, justicia cómplice”, han gritado los manifestantes a las afueras de los juzgados al conocer la sentencia.