El Reino Unido lleva “Adolescencia” a las aulas y Argentina observa con atención

FOTO: Adolescencia llega a las aulas del Reino Unido.
El gobierno británico anunció una medida pionera en la lucha contra los discursos de odio y la radicalización entre los jóvenes: la miniserie Adolescencia, disponible en Netflix, será proyectada en escuelas secundarias de todo el Reino Unido como parte de un programa educativo.
La iniciativa, que cuenta con el respaldo de la plataforma de streaming, busca utilizar el poder narrativo de la serie para fomentar debates sobre misoginia, machismo y relaciones saludables entre los adolescentes.
La decisión llega tras una reunión entre representantes del gobierno y los creadores de la serie, quienes recibieron el aval para que su obra se convierta en una herramienta pedagógica.
A partir de esta semana, Adolescencia estará disponible gratuitamente para los institutos, acompañada de guías y recursos elaborados por Tender, destinados a docentes, padres y tutores.
El objetivo es claro: contrarrestar la influencia de discursos radicales y machistas que proliferan en redes sociales, un problema que las autoridades británicas consideran urgente.
¿Por qué genera debate?
Adolescencia es una miniserie de Netflix que captó la atención internacional desde su estreno.
Ambientada en un entorno urbano contemporáneo, la trama sigue a un grupo de jóvenes que navegan por los desafíos de la vida moderna: amistades, primeras relaciones amorosas, presiones sociales y el impacto de las redes sociales.
Sin embargo, lo que distingue a la serie es su enfoque crudo y sin filtros en temas como la misoginia, el acoso digital y la construcción de identidades en un mundo hiperconectado.
A lo largo de sus episodios, Adolescencia muestra cómo los protagonistas –en su mayoría adolescentes de entre 15 y 17 años– se enfrentan a situaciones que van desde comentarios sexistas cotidianos hasta la exposición a contenido extremista en línea.
La serie no rehúye las polémicas: incluye escenas explícitas de violencia verbal y psicológica, así como momentos que exploran el proceso de radicalización de algunos personajes influenciados por foros y plataformas digitales.
Este enfoque realista ha sido aplaudido por quienes ven en ella un reflejo fiel de los retos actuales, pero también ha generado críticas de sectores que la consideran demasiado cruda para un público joven.
“Queremos que los chicos vean esto y hablen de ello. La serie muestra la misoginia a la que estamos expuestos como sociedad y abre la puerta a conversaciones que a menudo evitamos”, explicó un portavoz del gobierno británico.
Los recursos educativos que acompañan la proyección incluyen talleres y debates guiados, diseñados para ayudar a los estudiantes a identificar y cuestionar actitudes nocivas.
El eco en Argentina
En Argentina, la noticia ha despertado un debate incipiente entre educadores, legisladores y padres.
Aunque no existe aún una iniciativa oficial para replicar el modelo británico, algunos sectores han comenzado a analizar el potencial de Adolescencia como recurso educativo en un país donde el acoso escolar, la violencia de género y la influencia de las redes sociales son temas de creciente preocupación.
Organizaciones como el Ministerio de Educación y la Secretaría de Derechos Humanos mostraron interés en el enfoque del Reino Unido, pero hasta el momento no hay planes concretos.
“Es una idea interesante. Podríamos adaptarla a nuestra realidad, porque los chicos aquí también están expuestos a discursos tóxicos en plataformas como TikTok o Instagram”, comentó una fuente del gobierno argentino.
Sin embargo, la implementación enfrentaría desafíos: el sistema educativo argentino, fragmentado entre provincias y con recursos limitados, podría dificultar una distribución uniforme de la serie.
En el ámbito privado, algunas escuelas expresaron su intención de adquirir licencias de Adolescencia para incluirla en sus programas de orientación o talleres sobre convivencia.
“Es una forma de conectar con los chicos en su propio lenguaje. Las series son parte de su mundo”, señaló Laura Martínez, directora de un instituto privado en Buenos Aires.
Por otro lado, no faltan las voces críticas. Algunos padres y sectores conservadores advierten que el contenido explícito de la serie podría ser inapropiado para menores.
No están seguros de que exponer a los chicos a más violencia, aunque sea ficticia, sea la solución, sostienen otros padres.
Este tipo de reparos refleja un dilema más amplio: cómo equilibrar la educación sobre temas sensibles con la protección de los jóvenes.
Mientras tanto, en las redes sociales argentinas, Adolescencia ya genera conversación. Jóvenes usuarios debaten sus escenas más impactantes, y algunos piden que el gobierno “tome nota” de la iniciativa británica.
Por ahora, el país observa y evalúa si esta serie podría convertirse en una herramienta para enfrentar los desafíos de la adolescencia en el siglo XXI, o si el camino hacia una educación más consciente requerirá otros enfoques más ajustados a su contexto local.