Fumata negra en el Vaticano: la Iglesia aún no tiene nuevo Papa

La primera votación del Cónclave no alcanzó el consenso necesario y el humo negro que emergió de la Capilla Sixtina disipó, al menos por ahora, la expectativa mundial.
La chimenea de la Capilla Sixtina volvió a ser el centro de la atención global. Este miércoles, pasadas las 16:00 hs (hora local), el humo negro que salió de ese conducto emblemático confirmó lo que muchos temían: el Cónclave no logró elegir al nuevo Papa en su primera votación.
La señal fue clara y contundente. No hay acuerdo entre los cardenales electores, y la Iglesia Católica deberá seguir esperando para conocer el nombre del hombre que sucederá a Francisco, quien dejó el pontificado tras anunciar su renuncia meses atrás. El humo, símbolo inconfundible de las decisiones del Cónclave, fue observado en vivo por más de 120 mil personas que seguían la transmisión oficial del canal del Vaticano y por una multitud apostada en la Plaza San Pedro, que respondió con una mezcla de silencio, oraciones y aplausos de aliento.
Desde temprano, el ambiente en el Vaticano fue de máxima expectativa. Los 115 cardenales habilitados para votar se reunieron a puertas cerradas bajo un estricto protocolo que incluye juramentos de confidencialidad, aislamiento total y un procedimiento ceremonial que remite a siglos de tradición.
La fumata negra significa que ningún candidato alcanzó los dos tercios necesarios para ser proclamado Papa. Es una señal tradicional que se emite al quemar las papeletas de votación junto con productos químicos que oscurecen el humo. Solo la fumata blanca indicará que la elección ha sido exitosa y que un nuevo pontífice ha aceptado el cargo.
Mientras tanto, el mundo observa con atención. Líderes religiosos, periodistas, creyentes y curiosos permanecen pendientes de cada gesto, cada movimiento, cada palabra que surja desde el corazón de Roma. La sucesión papal no es solo un evento religioso, sino también una noticia de alcance global, capaz de influir en los rumbos políticos, sociales y espirituales de millones de personas.
En la Plaza, el clima sigue siendo de esperanza y respeto. Fieles de distintas nacionalidades se agrupan con banderas, imágenes de santos, rosarios y pancartas con mensajes de fe. Muchos de ellos pasaron la noche a la intemperie, confiando en que podrían presenciar un momento histórico. Por ahora, deberán esperar.
El Cónclave continuará con nuevas votaciones en las próximas horas o días, hasta que el Espíritu Santo –según la tradición católica– inspire a los cardenales para alcanzar la elección. Hasta entonces, el mundo seguirá mirando hacia lo alto, hacia esa pequeña chimenea, esperando ver el blanco que anuncie la llegada de un nuevo líder espiritual.