El telescopio espacial James Webb detectó “planetas” del tamaño de Júpiter que flotan libremente en el espacio y que están desconectados de cualquier estrella.
Lo intrigante del descubrimiento es que estos objetos parecen moverse en parejas y los astrónomos están tratando de encontrar una explicación.
El telescopio observó alrededor de 20 de estos pares en un nuevo estudio extremadamante detallado de la famosa Nebulosa de Orión.
Han sido apodados como Objetos Binarios de Masa de Júpiter, o “JuMBO” por sus siglas en inglés (Jupiter Mass Binary Objects).
Distintas posibilidades
Una posibilidad es que estos objetos surgieran de regiones de la nebulosa donde la densidad de materia era insuficiente para formar estrellas de pleno derecho.
Otra posibilidad es que se formaran alrededor de estrellas y luego fueran expulsados al espacio interestelar mediante diversas interacciones.
“La hipótesis de la eyección es la más plausible en este momento”, afirmó el profesor Mark McCaughrean.
“La física de los gases sugiere que no deberíamos poder crear objetos con la masa de Júpiter por sí solos, y sabemos que los planetas individuales pueden ser expulsados de los sistemas estelares. Pero, ¿cómo se pueden expulsar parejas de estos objetos juntos? Ahora mismo no tenemos una respuesta. Es una respuesta para los teóricos”, dijo a la BBC McCaughrean, asesor científico principal de la Agencia Espacial Europea (ESA).
El profesor McCaughrean dirigió el equipo que produjo el nuevo estudio sobre Orion.
Trabajo combinado
Utilizando la notable resolución y sensibilidad infrarroja del telescopio James Webb, los astrónomos pueden agregar mucha información ya extraída por telescopios más antiguos, incluido el predecesor directo de Webb, el telescopio Hubble.
La Nebulosa de Orión, también conocida por su nombre en el catálogo del cielo M42, es la gran región de formación de estrellas más cercana a la Tierra.
Junto con el cuarteto de soles brillantes en su centro llamado Trapecio, esta región del espacio es visible a simple vista como una mancha en el cielo.
Si no lo sabes, se puede encontrar en la parte baja de la constelación de Orión, que lleva el nombre de un mítico cazador griego.
La nebulosa forma parte de la “espada” del cazador, que cuelga de su “cinturón”.
A 1.400 años luz
La nueva imagen del James Webb es en realidad un mosaico de 700 vistas realizadas por la cámara NIRCam del telescopio hechas durante una semana de observaciones.
Para dar una idea de la escala, una nave espacial que viajara a la velocidad de la luz tardaría más de cuatro años en recorrer toda la escena.
La nebulosa en sí está a unos 1.400 años luz de la Tierra.
Escondidas en las fotogafías hay miles de estrellas jóvenes, que abarcan un rango de masas desde 40 hasta menos de 0,1 veces la masa de nuestro Sol.
Muchas de estas estrellas están rodeadas por densos discos de gas y polvo que pueden estar formando planetas, aunque en algunos casos estos discos están siendo destruidos por la intensa radiación ultravioleta y los fuertes vientos de las estrellas más masivas de la región.