Como las cubiertas no se calientan tanto por efecto del sol, el hogar necesita menos refrigeración
Las cubiertas reflectantes, llamadas ‘cubiertas frías’, tienen un fantástico comportamiento térmico en verano, gracias a que tienen un Índice de Reflectancia Solar (nivel SRI) elevado. Se trata de cubiertas en colores claros dado que las tonalidades oscuras absorben gran cantidad de calor, transmitiéndolo a las estancias de la casa que se encuentran bajo esta. Así, son interesantes si hablamos de arquitectura sostenible, al conseguir ahorros para climatizar la vivienda al tiempo que se logra reducir las emisiones de CO2, contribuyendo así a paliar los efectos del cambio climático.
Para hablarnos sobre las ‘cubiertas frías’ hemos contactado con Jorge Bermejo, CEO de Norteña y miembro de la Junta Directiva de la Asociación Nacional de Empresas de Impermeabilización (ANEDI). En el reportaje nos desgrana cuáles son las ventajas que ofrecen frente a las cubiertas tradicionales.
¿Qué son las ‘cubiertas frías’?
Se trata de un tipo de sistema de techado o cubierta que ayuda a mantener temperaturas más bajas en el interior de un inmueble. El experto señala que las cubiertas reflectantes se utilizan comúnmente en climas cálidos o soleados para reducir la cantidad de calor absorbido por la cubierta y, por lo tanto, ayudar a mantener el interior del edificio más fresco. “Las ‘cubiertas frías’ se componen de materiales y técnicas que reflejan la radiación solar y disipan el calor en el hogar de manera más eficiente”, detalla Jorge.
Una arquitectura bien pensada
Algunos ejemplos de características comunes de las ‘cubiertas frías’ incluyen:
- Color claro y reflectante: Las ‘cubiertas frías’ son de colores claros e incluso brillantes, lo que ayuda a reflejar la luz solar en lugar de absorberla. Esto evita que el techo se caliente demasiado.
- Aislamiento térmico: Las cubiertas frías suelen contar con materiales aislantes que reducen la transferencia de calor entre el exterior y el interior del edificio. “En los tiempos actuales se están empleando aislamientos de espesores muy gruesos porque esto siempre es una buena inversión”, opina el experto.
- Ventilación adecuada: Es importante que las ‘cubiertas frías’ permitan una buena circulación de aire bajo el techo, lo cual ayuda a disipar el calor acumulado.
¿Se aplican solo en cubiertas planas?
Se puede hacer una ‘cubierta fría’ tanto plana como inclinada. No obstante, desde Norteña reconocen que “lo cierto es que este tipo de cubiertas se están extendiendo en tipología plana. Uno de los motivos es cultural, puesto en España la cubierta inclinada (a dos o cuatro aguas) está relacionada a la terminación de teja o pizarra, en cambio las cubiertas planas sí que se asocian a acabados de láminas impermeabilizantes en colores claros y reflexivos”.
Esta vivienda es una passivhaus (es decir, una casa con una alta eficiencia energética) construida en madera por 100x100biopasiva y además de cubiertas planas cuenta con terrazas y porches. Ideada por Zink Arquitectura, se encuentra en la región de Murcia, caracterizada por soportar altas temperaturas durante casi todo el año.
Clave en la arquitectura sostenible
Las ‘cubiertas frías’ son más eficientes en verano que en invierno. Durante los meses estivales suman mucha eficiencia por su reflexividad al sol, mientras que en el invierno con su característico clima no resta la eficiencia de esta, porque por debajo tienen generalmente una capa considerable de aislamiento térmico que hace su función tanto en época fría como cálida.
Por lo tanto, en verano ayudar a reducir la necesidad de utilizar sistemas de refrigeración artificial (por aire acondicionado, mediante un sistema radiante invisible…) y contribuye a la eficiencia energética y el ahorro de costes en consumos.
Un mejor comportamiento térmico
Los números lo avalan: una cubierta que no se calienta ofrece un mayor confort en el interior de la vivienda. Por ejemplo, sobre estas líneas vemos una imagen termográfica (que permite cuantificar cuánto calor irradia un objeto o superficie) de una cubierta, realizada en un día de verano a las 9 horas de la mañana en Burgos. Esta muestra cómo la lámina asfáltica tradicional tiene una temperatura de 21,7º C, por el contrario, la lámina FPO beige 9,5º C y, por último, la lámina FPO blanca no reflexiva 5,7º C. Con una lámina blanca brillo y reflexiva se consigue una temperatura aún menor.
Para comprender fácilmente la eficiencia de una ‘cubierta fría’, Jorge revela: “en una cubierta de este tipo si posamos la mano al mediodía en pleno verano se puede ver como tiene muy poca temperatura, cuando con otros materiales te quemarías la mano”.