Es importante realizar controles habituales con el oftalmólogo para prevenir inconvenientes que pueden ocasionar baja visión o, incluso, ceguera.
Las condiciones de salud relacionadas con la edad y otros trastornos metabólicos pueden provocar una acumulación de colesterol en la retina. Este tiende a cristalizar y contribuir al desarrollo de la retinopatía diabética, según pudieron constatar investigadores de varias Universidades: Michigan (MSU), Alabama, Case Western Reserve y la Occidental de Ciencias de la Salud, (EEUU).
El hallazgo, publicado en la revista ´Diabetología´ podría conducir a avances hacia un diagnóstico y tratamiento más tempranos de la retinopatía diabética, una complicación ocular común.
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La retina es un órgano muy aislado, al igual que el cerebro, y ambos tienen una barrera sanguínea que los separa del resto del cuerpo, lo cual la convierte en muy compleja y hace que sea difícil de estudiar.
Qué es la retinopatía
“La retinopatía es la principal causa de ceguera evitable y una de las complicaciones más temidas de la diabetes tipo 1 y tipo 2″, recordó Julia Busik, profesora emérita de fisiología de MSU. “A los 20 años de desarrollar diabetes, cada individuo con diabetes tipo 1 o tipo 2 tendrá algún grado de retinopatía. Los enfoques de tratamiento actuales son muy invasivos y solo están dirigidos a la etapa más avanzada de la retinopatía”, agregó.
Los cristales de colesterol son como los que se encuentran en la placa aterosclerótica que pueden formarse en las arterias y causar ataques cardíacos. Los depósitos cristalizados son muy reflectantes y pueden verse en imágenes de la retina. Ello resulta de interés porque la mayoría de los optometristas pueden realizar evaluaciones de retina no invasivas, lo que crea una oportunidad para un diagnóstico más temprano para más personas.
Los autores del trabajo establecieron que la acumulación de colesterol y la formación de cristales son un mecanismo patogénico unificador en el desarrollo de la retinopatía diabética.
“Estamos investigando activamente qué se puede hacer para reducir el colesterol en la retina”, indicó Tim Dorweiler, candidato a doctorado en el Programa de Fisiología Molecular, Celular e Integrada de MSU. Existe la esperanza, entre los investigadores, de que los nuevos tratamientos para abordar los cristales formados por el colesterol puedan ser menos invasivos que las opciones actuales para la retinopatía diabética.
El avance de la retinopatía diabética
“La retina es una delgada capa nerviosa que recubre al ojo en su parte interna. Su función es la de percibir la luz y las imágenes que luego son enviadas al cerebro e interpretadas. El daño en los vasos sanguíneos retinales provoca la filtración de fluido o sangre generando neoformación de vasos frágiles e irregulares y tejido fibroso, dando como resultado la disminución de la visión y/o la distorsión de las imágenes que la retina envía al cerebro”, define Gastón Gómez Caride (M.N. 112.991) oftalmólogo especializado en tres grandes aéreas: la cirugía de catarata, la cirugía Vitreoretinal y en la parte central de la visión”.
Si la enfermedad progresa, algunos vasos sanguíneos interrumpen su flujo, lo que causa la formación o proliferación de nuevos vasos sanguíneos anormales en la superficie de la retina. Esta etapa se conoce como retinopatía diabética proliferativa, con sus distintos estadios.
Los nuevos vasos anormales formados en aquellas superficies carentes del riego sanguíneo pueden complicar el estado clínico del ojo, requiriendo en determinadas circunstancias la intervención quirúrgica.
“Para proteger su visión, se aconseja hacer un examen completo visual con dilatación de las pupilas, o gracias al avance tecnológico, un fondo de ojos digital sin midriasis, que es el aumento del diámetro o dilatación de la pupila del ojo”, concluye Caride.