La cantante estadounidense se presentó jueves, sábado y domingo en River Plate, después de la suspensión del viernes por la lluvia.
Tras el paso de los teloneros Louta y Sabrina Carpenter, a las 20.40, con todas las luces del estadio prendidas, sonó el hit Applause de Lady Gaga, las “swifties” hicieron palmas en el estribillo y de pronto se apagaron las luces. La gente estalló en un grito monumental y las pantallas de video mostraron una cuenta regresiva de 2.20 minutos.
Desde ese lugar, la artista recibió una nueva ovación de la gente. Fue ahí cuando decidió sacarse los audífonos para escuchar con sus propios oídos el sonido que hacían las más de 70.000 almas. “No puedo creer que tarde tanto en venir a Argentina. Nunca voy a volver a cometer ese mismo error. Vendré muchas veces más. Ustedes son realmente los mejores, estoy muy feliz de dar un show para ustedes, para una multitud como ustedes”, dijo ante el delirio de sus fans.
El show siguió con su etapa Reputation, luego con Speak Now, la etapa de la transición de la adolescencia a la adultez, en la que se ve un lado más duro del amor. También estuvieron representadas las eras de Red–su último disco en el country–, Folklore y 1989–la cual marcó el establecimiento de Taylor Swift como superestrella pop–.
Para el momento más íntimo de la noche, el del set acústico, la cantante se dirigió a la punta de la lengua del escenario. Allí, con la guitarra y el piano listos, interpretó las canciones sorpresa de la noche: “Better than Revenge” y “Slut!”.
‘Karma’ fue la canción elegida para despedir esta última presentación. Con un show de luces, fuegos artificiales y una lluvia de papeles de colores, Taylor Swift agradeció a los argentinos.