Un informe privado advierte que la corrección del dólar no ubicó a la industria en un mayor nivel de competencia. El impacto de la inflación en bienes intermedios diluyó el objetivo.
La primera corrección del dólar que comandó el ministro de Economía Luis Caputo tuvo un correlato en el acomodamiento de precios relativos -al menos inicialmente-, y mayor nivel de recaudación. No así en la promoción de la competitividad industrial: un informe demuestra que este último indicador está en los niveles más bajos desde diciembre de 2015.
El dato proviene de un documento del Centro Cultural de la Cooperación y genera luces rojas dentro del sector industrial: la devaluación que impulsó el tipo de cambio oficial de $360 a $800 redujo la remuneración de los trabajadores en términos reales pero, a su vez, también debería haber mejorado las ganancias de las industrias y su competitividad exportadora.
No obstante, frente a una economía con características inerciales, combinadas con crecientes mecanismos indexatorios, el aumento en los productos industriales fue mayor que el promedio, lo que barrió con los efectos de la devaluación en términos de competitividad.
El informe del CCC dimensiona el dato a través de la siguiente conclusión: la competitividad industrial llegará a los valores más bajos desde diciembre 2015. Así se desprende tras registrar que el Índice de Tipo de Cambio Real Multilateral (ITCRM) industrial de la exportación está notablemente más apreciado que el ITCRM general.