Con banderas y carteles reclamando por los femicidios de Amarante, Cobas y Figueroa, un centenar de personas se reunió en la Plaza Colombia ayer lunes para pedir justicia.
El pasado 6 de mayo, Justo Fernando Barrientos arrojó combustible y prendió fuego a cuatro mujeres en una habitación en un edificio de la calle Olavarría al 1600.
De esas víctimas, sólo se salvó Sofía Castro Riglos de 49 años, quien permanece internada en el Hospital Del Quemado fuera de peligro.
Si bien, el acusado permanece detenido, todavía no fue indagado y se espera que el juez a cargo de la causa, Edmundo Rabbione, determine si es imputable o no.
“El crimen de odio fue por ser lesbianas, y por las condiciones precarias de vivienda. Con la promoción de discursos de odio y de sus políticas contra el acceso a la vivienda, el Estado es responsable”, señalaron desde el colectivo Ni Una Menos en sus redes sociales.