El término carry trade se refiere a una estrategia financiera donde los inversores toman préstamos en una moneda con bajas tasas de interés para invertir en activos que generan mayores rendimientos en otra moneda. En el caso del yen japonés, su baja tasa de interés había hecho que se convirtiera en una moneda popular para esta estrategia. Los operadores, especialmente los fondos de cobertura estadounidenses, estuvieron tomando dinero prestado en Japón a tasas mínimas y utilizando esos fondos para invertir en activos que rinden más, como las acciones tecnológicas estadounidenses.
Con el Banco de Japón subiendo las tasas de interés y adoptando una postura monetaria más restrictiva, el diferencial de tasas de interés entre Japón y otros países, especialmente Estados Unidos, se está reduciendo. Esta reducción en el diferencial de tasas de interés significa que las condiciones que hacían atractivo el carry trade del yen están desapareciendo.
Cuando los inversores ya no pueden beneficiarse del diferencial de tasas de interés, se ven obligados a cerrar sus operaciones de carry. Esto implica vender los activos adquiridos con los fondos prestados, lo que en el caso del yen ha llevado a una liquidación masiva de activos. La venta de estos activos no solo afecta a los mercados locales, sino que también tiene un efecto de segundo orden en los mercados globales. Con el Banco de Japón subiendo las tasas de interés y los Estados Unidos mostrando señales de una posible reducción de sus tasas, el diferencial de tasas de interés se está estrechando. Esto reduce la rentabilidad del carry trade del yen y fuerza a los inversores a deshacer sus posiciones, vendiendo los activos adquiridos con los préstamos en yenes.
Los mercados globales tiemblan por temores a una recesión en los EEUU, pero el capítulo japonés de los dolores bursátiles tiene sus propios condimento. La notable alza en los mercados bursátiles japoneses en los últimos mes, que llevó al Nikkei a alcanzar nuevos máximos después de 34 años, parecía ser sostenida por las bajas tasas de interés en Japón. Sin embargo, la reciente postura más agresiva del Banco de Japón (BoJ), que incluye aumentos en las tasas de interés y una reducción en la compra de bonos, cambió este panorama.