Como cada 7 de agosto, miles de fieles se congregan en los Santuario de San Cayetano. Conoce la oración a San Cayetano, Patrono del Trabajo.
Oh glorioso San Cayetano, patrono del trabajo y la providencia, Tú que siempre cuidas de aquellos que confían en la Divina Providencia, Te pido humildemente que intercedas por mí ante el trono de Dios, Y que guíes mis pasos en el camino de la virtud y la prosperidad.
Tú, que experimentaste la necesidad y la dificultad en tu propia vida, Comprendes las preocupaciones y las cargas que llevo en mi corazón, Te ruego que me bendigas con tu gracia y favor, Para que pueda superar cualquier obstáculo y alcanzar la estabilidad que anhelo.
Oh San Cayetano, amigo de los necesitados y consuelo de los afligidos, Te encomiendo mis deseos y necesidades en esta oración sincera, Confío en que escucharás mis peticiones y me guiarás con tu luz, Para que pueda vivir en abundancia y honrar a Dios en todas mis acciones.
Te ruego, bendito San Cayetano, que mi fe y esperanza nunca flaqueen, Que en momentos de dificultad encuentre en ti consuelo y aliento, Intercede por mí ante el Todopoderoso, para que mis súplicas sean escuchadas, Y que en su infinita misericordia, Dios conceda lo que con fe te pido.
Oración I
¡Oh glorioso San Cayetano Padre de la Providencia!, no permitas que en mi casa me falte la subsistencia y de tu liberal mano una limosna te pido en lo temporal y humano.
¡Oh glorioso San Cayetano!, Providencia, Providencia, Providencia.
(Aquí se pide la gracia que se desea conseguir)
Padrenuestro, Avemaría y Gloria
Jaculatoria. Glorioso San Cayetano, interceded por nosotros ante la Divina Providencia.
En general, a San Cayetano se lo conoce como Santo de la Providencia y patrón de los gestores administrativos, aunque en la Argentina cobró particular relevancia como proveedor de pan y trabajo. Ese reconocimiento se remonta, según algunas fuentes, a la década de 1930, cuando ante la crisis económica que golpeaba a los fieles el Padre Domingo Falgioni de Liniers envió estampitas del santo con una espiga de trigo a los vecinos, promoviéndolo como proveedor de trabajo y alimento.
Además, existe una leyenda popular que refuerza esa identificación. Se trata de un campesino que habría pasado frente a la imagen de San Cayetano en medio de una mala cosecha ocasionada por una intensa sequía. El protagonista, cuenta la historia, bajó de su carreta y le pidió al santo que salvara sus cultivos, ofrendándole unas pocas espigas de trigo. Al poco tiempo, se desató una tormenta.