En Argentina, más de 2 millones de trabajadores formales viven en situación de pobreza, lo que representa aproximadamente el 30% de la población asalariada en blanco. Este fenómeno ha aumentado considerablemente en 2024, duplicándose respecto al año anterior. Aunque los trabajadores en blanco cuentan con beneficios como aguinaldo y obra social, estos no son suficientes para escapar de la pobreza, que afecta también al 70% de los trabajadores informales.
El informe del Instituto Gino Germani destaca que, a pesar de tener empleo formal, muchos no alcanzan a superar la línea de pobreza. Este cambio en la estructura social muestra que el trabajo formal no garantiza estabilidad económica, y se observa un aumento de la pobreza entre sectores que antes estaban más protegidos, como trabajadores de la construcción y comercio.
Además, se subraya que la calidad del empleo y las horas trabajadas son factores cruciales en la situación económica de estos trabajadores. Muchos están atrapados en empleos con salarios bajos, y el deterioro del poder adquisitivo ha llevado a un incremento notable de la pobreza en las clases medias. En resumen, el contexto económico actual ha hecho que trabajar no sea suficiente para garantizar una vida digna.