Los investigadores Daron Acemoglu, Simon Johnson y James A. Robinson ganaron este lunes el Premio Nobel de Economía 2024 por sus estudios sobre cómo se forman las instituciones y cómo afectan a la prosperidad de las naciones, anunció la Real Academia Sueca de las Ciencias
Los tres economistas premiados han investigado por qué las sociedades donde el Estado de derecho no funciona de manera correcta son incapaces de generar crecimiento y prosperidad, poniendo el foco en aquellos territorios que han sufrido un proceso colonial.
Han demostrado la importancia de las instituciones sociales para la prosperidad de un país. Las sociedades con un Estado de Derecho deficiente e instituciones que explotan a la población no generan crecimiento ni cambios a mejor. Las investigaciones de los galardonados nos ayudan a entender por qué”, agregó el Comité.
Jakob Svensson, presidente del Comité del Premio de Ciencias Económicas, dijo este lunes que “reducir las enormes diferencias de renta entre países es uno de los mayores retos de nuestro tiempo” y aseguró que “los galardonados han demostrado la importancia de las instituciones sociales para lograrlo”.
Acemoglu, nacido en Turquía y formado en el Reino Unido, en la Universidad de York, empezó desde el inicio de su formación académica a investigar los vínculos entre la política y la economía con un enfoque holístico. Después de doctorarse en la London School of Economics, fue nombrado profesor asistente en el MIT, donde es ahora catedrático. Sus tesis sobre la economía del desarrollo, el crecimiento económico, el impacto de la tecnología y el capital humano, la formación y la desigualdad salarial, pronto encontraron amplia difusión.
En 2016, el coautor del best-seller “Por qué fracasan los países” (escrito junto a James A. Robinson) fue galardonado con el Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en la categoría de Economía, Finanzas y Gestión de Empresas
El Nobel de Economía es el premio más prestigioso en la materia a nivel mundial, pese a haber sido introducido más tarde y no formar parte, oficialmente, del listado de reconocimientos que el fundador de estos galardones, Alfred Nobel, estableció en su testamento a finales de 1800. La distinción, además del prestigio que confiere, está dotada con 11 millones de coronas suecas (casi 970.000 euros al cambio actual).