En las últimas horas del domingo 12 de diciembre, la emblemática Cueva de Jimbo, uno de los principales atractivos del Parque Nacional Tierra del Fuego, se derrumbó por completo.
Esta increíble formación de hielo, que solía atraer a miles de turistas, se había convertido en un símbolo de la interacción entre la naturaleza y las actividades humanas. A pesar de que su ingreso había sido prohibido desde 2021 debido a su fragilidad, muchas personas aún recordarán con nostalgia los momentos vividos allí.
La Cueva de Jimbo creaba un túnel natural impresionante, pero su estructura de hielo se encontraba en peligro de colapso desde hacía tiempo. Las autoridades del parque, basándose en estudios científicos del Centro Austral de Investigaciones Científicas (Cadic), ya advertían sobre el riesgo de caídas de rocas y fragmentos de hielo. Incluso, en 2022, un turista brasileño perdió la vida por un accidente similar.
¿Qué causó el colapso?
El invierno atípico de 2024, con temperaturas extremas y el posterior cambio en las condiciones climáticas (altas temperaturas y tormentas eléctricas), habrían acelerado el proceso de desintegración de la cueva, según explicó Pedro Franco, de la Secretaría de Protección Civil.
El evento resalta, una vez más, los efectos tangibles del cambio climático en nuestra naturaleza. 🌍