Sharm el Sheij en Egipto es la sede para la Cumbre Climática de las Naciones Unidas que comenzó ayer y se extenderá hasta el 18 de noviembre. La COP27 es la edición anual en la que las y los líderes políticos, científicos y de la sociedad civil negocian los compromisos reales y las acciones para combatir el cambio climático.
Cada año es más urgente reducir los gases de efecto invernadero (GEI) para mantener el aumento de la temperatura global anual entre 2°C y 1,5°C tomando de referencia la época de la Revolución Industrial. En la actualidad, no se está cumpliendo con la meta y eso agrava las olas de calor, las inundaciones, las sequías y la pérdida de cosechas.
Los cuatro grandes temas que se discutirán las dos semanas que dura la COP27 son mitigación, adaptación, financiamiento y pérdidas y daños.
- Mitigación: que los países más ricos se comprometan a establecer metas más ambiciosas en relación a la reducción de las emisiones.
- Adaptación: qué políticas, iniciativas y cambios se deben llevar a cabo en todos los países para enfrentar las consecuencias del cambio climático y cómo es posible garantizarla en los países con menos ingresos.
- Financiamiento: los países del norte del mundo, los más emisores, deben brindar apoyo económico a los países del sur, los menos emisores, como se comprometieron a hacer en 2009 al asegurar que movilizarían 100 mil millones de dólares por año. Como nunca sucedió, es un reclamo constante.
- Pérdidas y daños: el punto que más le interesa a los países del sur global porque los países del norte no solo deberían financiar los esfuerzos para la adaptación a las consecuencias del cambio climático sino también los agravios de ellas. Según un informe de la ONU, anualmente deberían transferir 300 mil millones de dólares anuales.
Como parte del sur global, Argentina se aliará con el resto de los países de la zona para reclamar un mayor financiamiento a los países más ricos y, por lo tanto, más responsables de la emisión de gases de efecto invernadero.
La premisa que llevará el grupo de países al que pertenece Argentina es “responsabilidades comunes frente a la crisis climática, pero diferenciadas”. Es decir, presionará para obtener más fondos para la mitigación y adaptación, pero también para las pérdidas y los daños que genera el cambio climático.
Uno de los ejemplos más claros es la sequía y los daños que están sufriendo los cultivos argentinos hace tres años. Tema que volvió a poner sobre la mesa el ministro de Economía, Sergio Massa, en sus redes sociales y adelantó que pediría financiamiento para hacer frente a la problemática al Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
El equipo argentino que participa de las negociaciones climáticas de la COP27 está compuesto por el ministro de Ambiente, Juan Cabandie, y la secretaria de Cambio Climático, Cecilia Nicolini. Aunque también se espera la participación de la Secretaría de Agricultura.
Los países aliados para conseguir la financiación son Uruguay y Brasil. Particularmente Argentina, por tener una gran cantidad de deudas con organismos de crédito como el Fondo Monetario Internacional (FMI), buscará proponer canjear deuda por acción climática correspondientes con iniciativas de mitigación.