Fabiola Yañez: “Si hay algo de lo que me arrepiento en la vida es de ese cumpleaños en Olivos”

Fabiola Yañez vive en Madrid desde hace más de un año. Su vida dio un giro rotundo desde que dejó la residencia presidencial y, tras un largo tiempo en silencio, aceptó hablar sobre su presente en Europa y, especialmente, sobre el episodio que más cuestionamientos le generó durante su paso por la función pública: el festejo de su cumpleaños en plena cuarentena, en julio de 2020, en la Quinta de Olivos.
Aquella imagen —con la torta, las copas y el brindis— recorrió el país entero y desató una ola de indignación: mientras millones de argentinos cumplían estrictamente el aislamiento obligatorio y muchos no podían despedir a sus seres queridos, en la residencia presidencial se celebraba un cumpleaños. Fue un punto de quiebre que todavía resuena.
“Fue una falta muy grande. Me arrepiento muchísimo. Fue un error enorme. Le quiero pedir disculpas a todos los que no pudieron despedir a sus familiares, o que pasaron tanto tiempo encerrados sufriendo. Yo fui parte de eso. No lo planeé, pero estuve ahí. Y lo lamento profundamente”, expresó Yañez, con tono introspectivo y sin esquivar la autocrítica.
La ex primera dama explicó que, durante la pandemia, la Quinta de Olivos funcionaba como sede operativa del Gobierno. “La Jefatura de Gabinete, los ministros, todos trabajaban ahí todos los días. Entonces era habitual que, si había una cena, ya estuviera lista. Eso se volvió una normalidad”, justificó.
Sin embargo, reconoció que eso no exime de responsabilidades. “No tiene justificación. Fue una comida, sí, pero no tendría que haber pasado. La torta no la mandé a comprar yo, pero no me quiero desligar de culpas. Fue doloroso llevarme toda la carga. Yo estuve ahí, soy responsable”, remarcó.
En ese sentido, admitió que el episodio le marcó la vida. “No soy de arrepentirme de las cosas, pero si hay algo de lo que me tengo que arrepentir, es de eso. Porque vi el dolor de la gente, lo sentí. Y también lo vivía. Todos los días tratábamos de ayudar a los que peor la estaban pasando. Fue un momento muy oscuro para todos”.
Hoy, instalada en España, Yañez intenta rehacer su vida junto a su hijo. El vínculo con el expresidente Alberto Fernández, padre del niño, forma parte de esa reconstrucción íntima, aunque evitó profundizar demasiado en los aspectos personales.
El recuerdo de aquella noche de julio sigue pesando. Más allá de las explicaciones institucionales o del funcionamiento cotidiano en Olivos, Fabiola dejó en claro que, a la distancia, reconoce el daño causado: “Fue horrible lo que pasó. Horrible. Y lo peor es que nunca debió haber pasado”.