El Banco Central cerró otra intervención en el mercado cambiario con compras en el segundo día de aplicación del nuevo dólar soja. Terminó con un saldo positivo de u$s122 millones que adquirió a un promedio de $269.58 por dólar.
La liquidación de los agroexportadores fue de u$198 millones, para lo cual la autoridad monetaria tuvo que desembolsar $45.678 millones de los cuales u$s76.6 millones los vendió a $166.96 y se quedó con el saldo de u$s122 millones. De esta forma, acumuló en dos días unos u$s314 millones para sus reservas.
El BCRA recortó un poco más el bache negativo de ventas que en el mes habían superado los u$s1.100 millones a u$s692 millones.
Este lunes el Gobierno puso en marcha la reapertura del Programa de Incremento Exportador (PIE), que establece un tipo de cambio diferencial destinado al complejo sojero de $230 por dólar, con lo que apunta a recaudar unos u$s3.000 millones hasta el 31 de diciembre.
El programa contempla una actualización en la cotización del dólar en base a la evolución de la inflación, tomando como referencia los $200 que rigieron en la primera versión implementada.
Tras las primeras dos jornadas y la experiencia del anterior dólar soja, puede analizarse que el complejo sojero reacciona bien ante un tipo de cambio más competitivo. En el mercado creen que es posible llegar a los u$s3000 millones prometidos si el ritmo de compras se mantiene.
Sin embargo, para el analista financiero Christian Buteler, también habrá “una fuerte emisión monetaria por la compra de todos esos dólares que incluye precios por encima de lo que termina después vendiendo el BCRA a $170 pesos”.
“Se genera no solamente la expansión monetaria sino que cuando vendiste recuperás mucho menos pesos de los que habías emitido. Eso te termina afectando no solamente en la brecha sino en los precios del resto de la economía”, advirtió.
Para el llamado “gurú” de la city porteña, Salvador Di Stefano, “uno de los beneficios es que el Estado nacional verá ingresar más dólares en las reservas, pero por otro lado verá incrementar los pasivos monetarios, por lo cual el efecto sobre el balance del Banco Central es neutro. Por otro lado, incrementará la recaudación tributaria con una retención del 33% y podrá cerrar los números fiscales con el FMI”.