Mes del corazón: el camino para aumentar la supervivencia en adultos

La enfermedad cardiovascular (ECV) es la principal causa de muerte en el mundo y, de manera combinada, las condiciones que afectan al corazón o a los vasos sanguíneos (ataque cardíaco, accidente cerebrovascular e insuficiencia cardíaca) provocan la muerte de 18 millones de personas cada año, mientras que la mayoría de estas muertes ocurren en países de medios y bajos ingresos.
Los hábitos saludables para el cuidado del corazón son:
-Alimentación sana y completa: alimentación equilibrada, consumir alimentos con Omega 3 (pescados), controlar el nivel de colesterol (grasas animales), bajar contenido de sal (sodio) en la dieta y reducir el consumo de alcohol.
-Actividad física: el ejercicio físico aporta múltiples beneficios para la salud cardiovascular, ya que ayuda a mejorar los factores de riesgo y la función del endotelio, lo que se traduce en una menor probabilidad de desarrollar enfermedades cardíacas y de reducir la mortalidad. Demostró beneficios en múltiples aspectos de la función y salud cardiovascular y las personas físicamente activas tienen menores niveles de presión arterial, mayor sensibilidad a la insulina y un perfil lipídico más favorable. También se demostraron efectos cardíacos positivos, con mejoramiento de la función cardíaca y reducción de la frecuencia cardíaca basal y del desarrollo de arritmias, cambios conocidos como “corazón de atleta”. Quince minutos de ejercicio al día, disminuyen en un 14% la tasa de muerte por cualquier causa.
-Abandono del tabaquismo: evitar el consumo de tabaco, ayuda a no sufrir un infarto de miocardio. Los fumadores corren más riesgo de presentar episodios cardiovasculares agudos a una edad temprana que los no fumadores.
Estos son ejes básicos y fundamentales para reducir los riesgos cardiovasculares, ayudando a mantener registro de tensión arterial en valores normales; disminuir el perímetro abdominal; mantener valores de colesterol “malo” LDL bajos y mejorar el colesterol “bueno” HDL.