Cada vez más países vuelven a imponer controles sanitarios a los viajeros que llegan desde China. El rebrote de casos de Covid-19 en ese país despertó una alarma mundial por sus posibles consecuencias. El ocultamiento que hace el régimen comunista de datos confiables hace imposible saber cuál es la magnitud del problema de contagios masivos.
Además, la nueva variación BF.7 es la que provoca la actual ola en el gigante asiático y que ya comenzó a ser detectada en otros lugares del mundo. Por eso, cada vez más países repusieron la obligatoriedad de presentar un test de PCR negativo a los viajeros de China.
sta el día de hoy, ese país informó la muerte de apenas 5.246 muertes por coronavirus desde diciembre de 2019. Dato nada confiable para una población de 1.400 millones de personas.
La agencia Bloomberg, por ejemplo, calcula que solo en este mes de diciembre, se produjeron 250 millones de nuevos contagios. El récord para un día fue de 37 millones de nuevos casos.
Explosión de contagios en la China
Hace pocos días, Xi jinping dio un mensaje por televisión en el que pidió “extremar los cuidados por los nuevos casos de covid”. Fue la confirmación de la gravedad de este rebrote en China. Aunque no hay datos confiables para que el mundo sepa la magnitud del problema.
El régimen comunista es muy poco transparente. Oculta deliberadamente toda información que no le conviene que se conozca. Así lo hizo en el inicio de la pandemia. Mejor dicho, tardó tanto en informar a la Organización Mundial de la Salud (OMS) de lo que sucedía en noviembre y diciembre de 2019, que para cuando el mundo reaccionó ya fue tarde.
Con este rebrote, repite la misma conducta desaprensiva y temeraria. Con medidas que son extremadamente peligrosas. Como la política de confinamientos masivos (“tolerancia cero”) fracasó, el gobierno relajó las medidas de control y aislamiento.
Pero en lugar de informar sobre los casos nuevos tomó la peor decisión: Ya no publica más el reporte de contagios o muertes por covid. Sin ese dato, la comunidad internacional no puede actuar de manera precisa para evitar repetir escenarios como el de 2020. ¿Qué pasa si una nueva variante del covid, más agresiva surge en China y se dispersa por el mundo con los viajeros de ese país?
Ahora, se multiplican exponencialmente los contagios por la variante BF.7. que es mucho más contagiosa que su raíz: la variante Ómicron. Pero no hay datos confiables.
Un dato basta para tener una cabal idea del problema que representa la ausencia de datos seguros. Para el comité nacional de Salud, hasta el 21 de diciembre, hubo 62.000 contagios por covid. Sin embargo, el Financial Times dijo tener acceso a lo que se discutió en una reunión del Centro chino para el control y prevención de Enfermedades. El vicedirector de ese organismo, el Dr. Song, declaró que la verdadera cifra de casos trepo a 250 millones en 20 días de diciembre.Equivale al 6% de la población total china. Con el pico máximo de 37 millones en un solo día.
La misma información corroboró el medio “Bloomberg”. Además, Song dijo que a fines de este 2022, el 50% de los habitantes de Beijing (con una población total de casi 22 millones) ya debe haber tenido la enfermedad del covid.
El problema de las vacunas Chinas
Ese país solo aplica las vacunas que desarrolló por sí mismo. La cobertura inicial fue del 90%, pero luego la población inmunizada con refuerzos cayó dramáticamente.
- Solo el 69,8% de los mayores de 60 han recibido la dosis de refuerzo
- Solo el 42,4% en los mayores de 80.
- Según el censo de 2020, 191 millones de personas en China son mayores de 65 años.
- Las dos vacunas del país, Sinovac y Sinopharm, han demostrado además ser menos eficaces que las más utilizadas en Occidente (Pfizer-BioNTech y Moderna) y en Rusia (Sputnik V).
Las demás vacunas ofrecen resultados positivos del 90% o más. Para Sinovac y Sinopharm, ese porcentaje baja al 80% o menos. La combinación de esos dos factores – pocos refuerzos aplicados y baja respuesta de las vacunas – es el mayor peligro para la aparición de nuevas variantes del covid, como sucedió con la variante BF.7.
Como consecuencia de estos datos tan incompletos como preocupantes, el mundo comenzó a tomar medidas para no correr el riesgo de asomarse a otro “parate total” como en 2020. Los Estados Unidos fueron los primeros en anunciar que reimponen la obligatoriedad de un PCR negativo para los viajeros que lleguen de la China.
Varios países europeos tomaron una medida similar. Este viernes, el gobierno español anunció que seguirá el mismo camino. aunque la prueba de PCR que pedirán los españoles a los provenientes de China no tiene una fecha fija. España quiere que se tome una medida en conjunto por toda la Unión Europea.
Como la UE tiene la zona Schengen de fronteras abiertas, el gobierno de Pedro Sánchez entiende que no tiene sentido hacerlo por sí solos si una persona infectada puede llegar a Alemania y luego moverse sin problemas por toda la Unión europea dispersando los contagios.
Cuando comenzó la pandemia en 2019 China no pudo controlarla y mintió con sus datos. Ningún país quiere volver a ser sorprendido por la oscuridad del gobierno de Xi Jinping con un tema que provoca una alarma sanitaria mundial.