Detuvieron a 16 personas e incautaron autos, dinero y armas; ofrecían muebles y electrodomésticos a bajos precios y, una vez concretada la compra, se quedaban con el dinero y borraban los registros de pago.
Una banda que se dedicaba a las estafas virtuales mediante Instagram y de la cual participaba un exbailarín de la cantante Tini Stoessel, fue desbaratada por la Policía Federal (PFA). La organización ofrecía productos a muy bajo precio y una vez realizada la transacción borraba los registros del pago. Como resultado se detuvieron a 16 personas y se incautaron autos, dinero en efectivo, dispositivos electrónicos y armas de fuego.
Mediante la creación de varias cuentas a través de la mencionada red social, la organización ofertaba a buen precio productos como sillas gamers, computadoras, notebooks y muebles que solo se podían comprar mediante el pago por billeteras virtuales. Así, una vez realizado el pago, el contacto del vendedor desaparecía inmediatamente.
La banda efectuó más de 800 estafas con esta metodología, lo que despertó la sospecha de la fiscalía ante la acumulación de demandas similares. Fue entonces que se ordenó a la Superintendencia de Investigaciones Federales llevar adelante la investigación del caso.
Tras un largo operativo que contó con el análisis de cuentas virtuales, bancarias, transferencias, escuchas telefónicas y seguimientos, se demostró la existencia de una organización criminal cuyos miembros cumplían a la perfección sus funciones dentro de la banda, según explicaron fuentes de la PFA.
Uno de los detenidos fue Axel Brian Eggestti, de 26 años, el exbailarín de Tini Stoessel que también fue apresado en diciembre del año pasado por tres hechos delictivos relacionados con la venta de muebles que luego no concretó.
Esta vez, además quedaron detenidas 16 personas y se incautaron autos, dinero en efectivo, dispositivos electrónicos y armas de fuego. Los miembros de esta organización cumplían a la perfección sus funciones dentro de la banda. Algunos armaban las estructuras de las páginas web, cuentas en la nubes; otros tomaban las fotografías de los productos; había difusión por la web a través de jóvenes youtubers o influencers, logística de vehículos, recaudadores virtuales y portacuentas receptores de transferencias.
El dinero recaudado era rápidamente invertido en criptomonedas, automóviles, propiedades, o mediante la creación de empresas SRL, las cuales se mostraban activas para la AFIP, y al poco tiempo las hacían “quebrar” para lavar el dinero.
Las detenciones se llevaron a cabo en Puerto Madero, el conurbano bonaerense y uno en la Provincia de Santa Fe.