Es la variedad menos frecuente, pero a la vez más peligrosa del cáncer de piel, y su incidencia creció en los últimos años. Cuáles son las señales que permiten detectarlo de forma precoz.
Cada 23 de mayo se conmemora en todo el planeta el Día Mundial del Melanoma. El objetivo es generar conciencia acerca de esta patología oncológica y hacer hincapié en los cuidados preventivos, ya que es la variedad menos frecuente del cáncer de piel, pero a la vez puede resultar la más grave y tiene mayores probabilidades de propagarse por el cuerpo.
La incidencia de este tipo de tumores está en aumento en los últimos años en todo el mundo, y en Argentina la tendencia se refleja con una mayor incidencia, en consonancia con lo que ocurre en otros países.
A la hora de hablar de prevención, los expertos coinciden en que la fotoprotección es la medida sobre la que más se debe trabajar. “Principalmente, a edades tempranas, ya que son fundamentales los cuidados en personas menores a 20 años -comenzó Moreno en este aspecto-. El primer paso es evitar exponerse durante los horarios del mediodía, sobre todo en las épocas del año de mayor temperatura, que es la que mayor índice de RUV solar tenemos.
Otra indicación clave es evitar el uso de camas solares, cuya exposición está directamente relacionada con el melanoma por la radiación ultravioleta que emiten. Como pauta general se recomienda hacer una vez por año el control dermatológico clínico y dermatoscópico, pero quien determina la periodicidad es el dermatólogo.
El tratamiento dependerá de la instancia en que se diagnostica el melanoma. Las lesiones localizadas deberán ser inicialmente operadas para su resección completa. Y en muchos casos se deberá estudiar quirúrgicamente el área ganglionar regional. Si la resección ha sido completa, luego se evaluará la necesidad de agregar tratamiento sistémico posterior por un año”, explicó Pflüger, quien destacó que “cuando la detección se da en instancias avanzadas, se indica el tratamiento sistémico con terapia dirigida o inmunoterapia